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Lamentablemente, los elementos de terror pronto se vuelven secundarios a la trama sobre moralidad sexual, sospecha, culpa y justicia. Claro, no hay nada de malo con tales temas per se, pero francamente, se han hecho hasta la muerte en películas posteriores y ya no pueden sentirse muy frescos, aunque lo filmaran en 1927, pero esto no es realmente culpa de la película. Sin embargo, algunos de los paisajes invernales, las visiones del chamán y un breve destello de un demonio peludo que causa pesadillas están geniales. Uno desearía que los elementos sobrenaturales fuesen más amplios porque la película claramente habría tenido potencial para algo más que un melodrama ordinario.
Por supuesto, es muy emocionante ver auténticas películas silentes finlandesas, independientemente de su calidad cinematográfica, pero como cuento narrativo "Noidan kirot" no funciona con tanta fuerza como las verdaderas obras maestras del género. El uso constante de intertítulos prolijos para describir no sólo el diálogo, sino también el entorno, se muestra excesivo. No obstante, como fanático de las estrellas de cine de los años veinte me gustó la frágil Heidi Blåfield en el papel de Selma y Kaisu Leppänen como la enfermiza Elsa con grandes ojos negros. Visualmente, la película es bastante psicodélica; en lugar del blanco y negro normal, la pantalla siempre está teñida con colores brillantes como amarillo, verde, azul, rojo e incluso rosa o morado, algo que añade fuerza a los paisajes.