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Las ranas que pedían un rey


General

Titulo original: Les grenouilles qui demandent un roi
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1922
Género: Animación

Otras personas

Director: Wladyslaw Starewicz
Escritor: Wladyslaw Starewicz
Productor/Estudio: Polichinei-Film
Compositor:
Fotografia: Wladyslaw Starewicz

Funcionalidades

Duración: 9
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Buena
Peso: 140 Mb

Sinopsis

Una irónica y despiadada fábula política en la que una comunidad de ranas le piden a Júpiter (representado con un sospechoso parecido a Karl Marx) que les envíe un rey que solucione sus problemas sociales. Accediendo a sus súplicas, al principio Júpiter les regala un rey de palo, que no hace nada. Las ranas se quejan y piden a alguien más activo, así que Júpiter les envía a una grulla...

Comentarios

El corto más importante de esos primeros años de exilio francés es sin duda "Las ranas que pedían un rey" ("Les Grenouilles qui demandent un roi", 1923), versión de la fábula de Esopo. Supuso, ante todo, un desafío técnico y artístico, al poner en escena, unos maravillosos dioramas, un número elevado de personajes todos moviéndose simultáneamente, cada uno de ellos con su propia personalidad que va dada en los movimientos que hace, todos independientes y distintos de los de los demás. Financiado por la Sociedad Artística Rusa de París, una especie de Academia Rusa de Bellas Artes expatriada, "Las ranas que querían un rey" es una irónica y despiadada fábula política en la que una comunidad de ranas le piden a Júpiter (representado con un sospechoso parecido a Karl Marx) que les envíe un rey que solucione sus problemas sociales. Accediendo a sus súplicas, al principio Júpiter les regala un rey de palo, que no hace nada. Las ranas se quejan y piden a alguien más activo, así que Júpiter les envía a una cigüeña, que se come a gran parte de las ranas. Como éstas se lamentan y piden a alguien con poder pero que no coma ranas, Júpiter, que ya está harto de ellas, les vuelve a enviar un nuevo rey, un rayo que fulmina al resto de ranas supervivientes. La lectura política a tenor de lo que había pasado recientemente en Rusia es evidente (desde el último Zar que no hacía nada a los brazos del totalitarismo que habría de venir poco después, pasando por la violenta fractura social de Lenin), y el humor negro y la mala uva fina y destilada de Starewicz también, pero más allá de eso el cortometraje tiene una fuerza visual maravillosa, llega a haber docenas de ranas en escena a la vez gesticulando y dando voces (aunque el corto es mudo) como si de parlamentarios batracios se tratasen, y la animación es tan fluida como si estuvieran vivas.