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Digamos enseguida que la trama se basa en un caso verídico sucedido en Francia, en el cual la justicia francesa quedó "retratada", ya que condenaron a un inocente y lo ajusticiaron debido a una simple semejanza física. Aquí, en la película de Capellani, el final queda algo difuso debido a la falta de metraje que suponemos ha desaparecido. Pero en la vida real, el pobre Lesurque murió sin tener culpa alguna.
El guión, bastante esquemático, nos presenta a los protagonistas y el posterior robo con datos de fechas y acciones como si se tratase de un informe policial. Hace tiempo tradujimos una película que trataba el mismo tema, "L'assassinio del corriere di Leone", de Gabriel Moreau (1916), donde se añadía un "happy end" a todas luces falso, ya que al pobre ajusticiado nadie le quita su muerte por error.
Intento de Capellani por ofrecer un cine de intriga (no llega a la clara denuncia), en una época en que ese género no abundaba, queda como una apreciable curiosidad que no aburre, y eso ya es importante.
Eddie Constanti