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Georges-André Lacroix, otro de esos esforzados militantes de la Gaumont de comienzos del siglo veinte, tuvo una vida profesional muy corta, puesto que concluyó con un largometraje realizado entre Francia e Italia ("Il suo destino"), apenas en 1921. La mayoría de sus títulos correponden a cortometrajes.
"Las gabarras" es una de sus primeras obras. Austera en su producción, está localizada casi enteramente en una de esas maravillosas barcazas que surcan el Sena transportando personas o mercancías. Gabarras que han hecho florecer tantas páginas de la literatura y, por ende, del cine, que todos albergamos en nuestra mente.
Se nos cuenta la breve historia de una hija del mar y de sus amores con un estibador, afecto a la tierra firme. El padre se opone a esa relación hasta que... Dejaremos que descubráis el final vosotros mismos. Mientras la veáis, impregnaros del aroma romántico y ensoñador que distingue a esos escenarios.