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El primer rótulo nos lo dice muy claro: "Esta película está dedicada a las Madres (con mayúscula). Evidentemente, los hombres, en períodos de guerra, combate, mueren, sobreviven y (algunos) reciben medallas. ¿Y sus madres? ¿Qué hacen sus madres en todo este proceso? Trabajan, rezan, esperan alguna carta para, siquiera, seguir rezando, lloran, se sobreponen a los malos presentimientos... Aquí tenemos un nuevo relato que nos llega directamente de la Gran guerra y firmado por artistas belgas. ¿Sabéis qué es lo más terrible de la historia? El contraste entre la nube bucólica de los momentos de paz de esa familia rota por la contienda, y los horrores de una lucha descarnada, dura y casi sin esperanza que se refleja en los llanos de Flandes.
La vida de la familia Bouchard es plácida y feliz; las escenas del aniversario de boda de Pierre y Lucie son maravillosas. De pronto suenan las campanas: movilización. Los hombres ríen, orgullosos de poder ofrecer su sangre por la nación; las mujeres, en cambio, se entristecen, saben lo que les espera. A partir de aquí, surge la realidad del combate, de la muerte, de las sombras. El final de la película parece que se perdió en el tiempo y, en cambio, se nos ofrece un texto que, a todas luces, podría estar añadido "en calzador". Tanto mejor. El espectador, nosotros, no podríamos soportar mucho más tiempo la tensión y el drama de ese par de ancianos en busca de su hijo soldado.
Los dos realizadores de este apreciable retazo de historia tuvieron una trayectoria más bien modesta hasta bien avanzado el cine sonoro, pero es indudable que buena parte del montaje de la película se adelanta al famoso estilo einsteiniano: superposición de planos, ritmo trepidante y dramatización sincopada. De Paul Flon --tenemos alguna más suya de ese período--, en algunas antologías se dice que colaboró con Alfred Machin en su "Maudite soit la guerre" (1914), pero no me atrevo a confirmarlo. Película emotiva y durísima a la vez, creo que en pocas ocasiones, durante esos primeros pasos del cine, se nos pudo ofrecer una imagen más fidedigna de lo que es, de lo que representa y de las consecuencias de una guerra mundial.
