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Ripeada por Arupa a partir de un mp4 de 4,7 GiB procedente de la Cinemateca Portuguesa.
José Leitao de Barros, tres años después del estreno de "Berlin, die symphonie der grosstadt", de Whalter Ruttmann, nos ofrece esta bellísima declaración de amor a la Lisboa de sus quereres, en una caleidoscópica visión de la capital portuguesa, muy en línea con los semidocumentales dedicados a una ciudad en concreto que la cinematografía mundial de aquella época (finales de los veinte), producía. Algunas de las escenas del filme están interpretadas por figuras eminentes de la escena del país vecino, lo que dota a la película de un aire narrativo muy fluido, junto a los planos puramente estéticos pero nunca aburridos.
Siguiendo la costumbre de estos retablos, se nos muestra todo un día de actividad lisboeta, desde los cuatro extremos de la capital y abarcando todas las profesiones de sus habitantes, todas las costumbres e incluso toda la picaresca que encierra sus serpentantes calles del barrio portuario, allí donde el Tajo lanza sus aguas al océano. No faltan escenas de pescadores, de ladronzuelos siempre dispuestos a timar al incauto, de jovencitas coqueteando con posibles novios, de los deportes que se desgranan un domingo cualquiera, de los típicos tranvía entrecruzándose por avenidas y empinadas cuestas, de niños jugando en el albor de su vida, de criadas comiendo en el parque con su estimado recluta...
De Barros utiliza la cámara lenta con sabiduría y nos presenta las esquinas más fotogénicas de Lisboa con una frescura que nos hace olvidar muy pronto que estamos viendo un simple reportaje. "Lisboa, cronica anedotica" es mucho más: es la vida palpitante de un ciudad que bulle de actividad, es el corazón de una gente que ama, sufre, canta y ríe, es el hermoso retrato de un lugar y un tiempo que merece ser visto y recordado, fotografiado espléndidamente y ribeteado con bosquejos anecdóticos que dan a la cinta un ritmo ágil y divertido.