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"El extraño viaje de Pim-Popò" es un regreso al cine de los orígenes. Después de la fatal extinción de la película, el único ejemplar superviviente fue rescatado y restaurado por la Cineteca Italiana de Milán en colaboración con L'Immagine Ritrovata de Bolonia y el Museo del Cine de Turín. El viaje ha comenzado de nuevo; de hecho, se ha duplicado. Porque en el nuevo reestreno, casi cien años después, la Cineteca milanesa distribuirá un DVD. Lo cual no se limita a volver a proponer la película de Dante Cappelli y Giovanni Casaleggio, el primero boloñés, el otro nacido en Turín en 1876, debidamente modificado según los cánones de la cinevisión primitiva, sino que también la presenta con los recursos espectaculares de hoy: la voz.
Tiene una banda sonora efusiva, reinventada con esplendor en los acordes snobhaway del ukelele, un diminuto "quattrocorde" que se convirtió en leyenda gracias al jazz de los años veinte y al cine del otro ayer (Marilyn en "Some like it hot"). Instrumento líder de una diminuta orquesta con la que el Instituto Barlumen de Gaetano Cappa creó el guiso sonoro que lo acompaña, el ukelele marca las etapas de una película de aventuras entre Verne y Salgari: Verne, para el referencia explícita al "Viaje al centro de la tierra", del que el pequeño Pim-Popò es ávido lector, y Salgari, para que el exotismo y la fantaviaggi no se desprendan del Piamonte, nido y prisión de la imaginación de los autores. Lo que, al perseguir a Pim-Popò en su caballo blanco en busca de aventuras (fantásticas y reales, como el rescate de su hermanita secuestrada por una banda de delincuentes), refuerza el género de películas para niños, inaugurado en los veinte por Biribí, ell pequeño policía de Turín de Giovanni Pezzinga, con el futuro «Pim-Popò» Franco Cappelli. pero, sobre todo, prefigura los frecuentes guiños al Far West de Tom Mix y el spaghetti-western de cuarenta años después.
(Maio Seretelini, 11 de agosto de 2009)
