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El cine llegó muy pronto a Finlandia. Las crónicas dicen que la primera proyección se celebró en 1896, apenas unos meses después de la presentación en París, el 28 de diciembre de 1895, del cinematógrafo de los hermanos Lumière. Existe constancia de que en la ciudad de Tampere –entonces tenía una población de unos 40.000 habitantes– se hizo otra proyección entre los días 2 y 7 de marzo de 1897, organizada por el ingeniero Karl E. Ståhlberg, propietario de la compañía teatral Apollo.
En la década de 1910 e inicios de la de los veinte, el cine finlandés se movió entre documentales y primeros esbozos de películas con argumento, casi todos desparecidos en nuestros días. Además, la breve pero cruenta guerra civil que azotó al país en 1918, no permitió que la industria cinematográfica avanzase hacia empresas mayores. Así, habría que esperar hasta la segunda década del siglo para que empezaran a surgir nombres propios en el campo de la realización, que cimentaron el auge del cinematógrafo. De esa época son autores como Teuvo Puro, Erkki Karu, Carl von Haartman y, ya casi en los inicios del sonoro, Valentin Vaala.
El cine finlandés tiene, como emblema propio, la centalización de sus historias en ambientes rurales. Es un cine a veces áspero y riguroso, como el clima en aquel país. Otras, es bucólico y recurre a sagas populares de aquellos parajes nórdicos. Se puede revestir de mimetismos a géneros más conocidos por nosotros como el western, la comedia romántica o el terror, pero siempre con ese toque "agreste" (no se nos ocurre otro adjetivo mejor), que lo distingue incluso de cinematografías vecinas, como Suecia o Noruega.
Las copias que os presentaremos son de lo mejor que hayamos traído aquí. La mayoría con virados y restauradas, hay que reconocer que el Instituto del Cine de Suomi (Finlandia), ha cuidado como pocos su acervo cultural en esta materia. Las traducciones son de este humilde servidor y cabe decir que aunque nos hemos valido de subtítulos en inglés, no pocas veces hemos tenido que recurrir al original finés o a la traducción sueca (que también se incluye), para fijar un nombre o una frase determinada, labor, permitidme que os lo diga, harto dolorosa. Debo mencionar aquí también la ayuda del compañero Veikko, de KG, finlandés de pro, quien me ha facilitado mucho la tarea de conseguir copias y subtítulos.
Y bien, aquí estamos los dos de siempre, fifole y éste que firma, con un par... e inasequibles al desaliento con la ilusión y el convencimiento de que, al preparar este ciclo, nos hemos propuesto ilustraros un poco más sobre ese espectro maravilloso y siempre distinto que es el mundo del cine. (frase lapidaria donde las haya, pardiez).
La obra de teatro de Artturi Järviluoma, "Pohjalaisia", se filmó por primera vez como película silente en 1925 y pasa por ser uno de los primeros westerns europeos. Aquí no cabría olvidar que años antes, en la Camarga francesa, el pionero Jean Durand ya rodó "películas del Oeste" y con gran acierto. Por lo que se refiere a "Pohjalaisia", en Ostrobotnia, lugar de la trama, "la gente es buena como la que más, pero también poderosa en la maldad". En el siglo XIX convivían los rufianes, las personas religiosas y aquellos que simplemente trabajaban duro. Jussi Harri (Oiva Soini) es uno de los últimos, hijo de un granjero y muy fuerte. Al sheriff (Thorild Bröderman) le gusta humillar a los campesinos. Un zapatero rufián insulta a Maija (hermana de Jussi), por lo que Antti arroja al zapatero por una ventana. El sheriff arresta a Antti por tal trivialidad. El zapatero finge que se está muriendo y Antti es enviado a la cárcel. En casa, Maija recibe un despertar religioso. El sheriff llega para dispersar la reunión de oración.
Existe un gran simbolismo entre el proceso de independencia de Finlandia con los finlandeses dispuestos a vivir libres de la opresión, como se refleja en esta película. Hay también un fuerte sentido de los códigos de honor. En ocasiones la película es lenta, pero las escenas al aire libre y de luchas son dinámicas. Una banda sonora funcional, pero muy efectiva, añade el sello adecuado a esta notable producción.
(Eddie Constanti)
