General
Titulo original: | Die Benefiz-Vorstellung der vier Teufel (De fire djaevle) |
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Nacionalidad: | Alemania |
Año de producción: | 1920 |
Género: | Melodrama |
Otras personas
Director: | A.W. Sandberg |
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Escritor: | Carl Rosenbaum; Herman Bang |
Productor/Estudio: | Primus-Film |
Compositor: | |
Fotografia: | Gustave Preiss |
Funcionalidades
Duración: | 95 |
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Pistas de idioma: | Muda |
Idiomas de los subtítulos: | Castellano |
Modo de color: | Blanco y negro |
Fuente ripeo: | Web |
Soporte: | x264 |
Tipo archivo: | MKV |
Calidad imagen: | Excelente |
Peso: | 1,8 Gb |
Reparto
- Victor Colani
- Adolphe Engers
- Heidi Ford
- Heidi Ford
- Martin Herzberg
- Clementine Plessner
- Emil Rameau
- Ferdinand Robert
- Margarete Schlegel
- Ernst Winar
Sinopsis
Cuatro artistas del trapecio, llamados "Los cuatro diablos", dos hombres y dos mujeres se conocen desde que siendo niños huérfanos fueran acogidos en un nuevo hogar. Uno de ellos, Frederik, está enamorado de una dama de la aristocracia, casada, a la que galantea. El amor hacia la dama le distrae de la concentración necesaria para su trabajo, especialmente en los preparativos de un número especial, en que ha de actuar junto a una compañera en un salto mortal sin red.
Comentarios
Nos hallamos ante una de las primera versiones de esta obra de Herman Bang. Sí, la misma que Murnau tenía pensado realizar y que, por cosas del destino, nunca vio la luz. Uno la contempla y no deja de peguntarse qué hubiese hecho Murnau con este material. Pero ciñámonos a lo que nos ocupa, el filme del danés A. W. Sandberg, a quien ya conocemos de sobra por la primera versión de "Klovnen".
Es una película hermosa, bien desarrollada, con una fotografía exquisita y una ambientación excelente. Tal vez peca en el aspecto argumental, sobre todo en la relación de Fritz con la noble dama (realmente no vemos ese furor amatorio que ataca al equilibrista por ningún lado). Pero eso son minucias. La trama, con sus acertados flashbacks, discurre por un camino sin fisuras. Las secuencias circenses están bellamente recreadas y las interpretaciones son correctas. Otro aspecto que cabe destacar es la iluminación, acorde con unos virados espléndidos. Y uno juraría que falta alguna parte (tiene seis, pero no aparecen todas). Aunque la pregunta sigue en el aire: ¿cómo habría resuelto Murnau esta historia? Vana cuestión, nunca lo sabremos.