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Como contrapunto moralizante a una historia moderna, en la que dos hermanos se disputan el amor de una bella mujer, se introduce la narración del Exodo bíblico. La historia contemporánea que sirve de pretexto para la introducción de los elementos bíblicos resulta casi banal o, por lo menos, bastante tópica, y la historia de Moisés es mostrada en función de su espectacularidad, más que de su profundización. A pesar de todo, el éxito de la película en su tiempo fue apoteósico, y consagró a De Mille como especialista en obras monumentales. Volvería a rodar una nueva versión, esta vez con sonido y color, en 1956.
Narra cómo Moisés se enfrenta al faraón y logra que deje salir de Egipto a los israelitas. Los israelitas sufren la persecución de los egipcios, pero Moisés consigue que se abran las aguas del Mar Rojo y, con idéntico truco al que emplearía en 1956, los israelitas lo atraviesan a pie, mientras sus perseguidores se ahogan. El prólogo finaliza cuando la señora MacTavish cierra la gran Biblia familiar, que está leyendo a sus dos hijos, el bueno John y el malvado Dan. Ambos están enamorados de Mary, una muchacha hambrienta que recogieron en la calle. John deja que Dan se case con ella. A partir de ahí, se desarrollan una serie de acontecimientos con mucha carga simbólica.
Se trata de una película que tiene tanta economía narrativa como fuerza. De Mille era antiguo ayudante de Griffith, uno de los considerados padres del cine. No en vano, se acusa a De Mille de plagiar a su maestro, director de Intolerancia (1916). Sus películas posteriores tienen enorme brillantez, y van desde westerns como Buffalo Bill (1936), pelis de piratas como Corsarios de Florida (1938), o aventuras como Policía Montada del Canadá (1940).
Manejando muchedumbres
Cecil B. DeMille es seguramente el cineasta que mejor ha manejado las muchedumbres compuestas de miles de extras. En una era en que las masas no podían hacerse con ordenador, él coordinaba a grupos enormes de personas vestadas para la ocasión, registrando con su cámara planos generales de una belleza inefable.