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Se calcula que ocho millones de caballos murieron durante la Primera Guerra Mundial. A Couple of Down-And-Outs, del director británico Walter Summers, describe la relación entre un ex-soldado desempleado que encuentra su caballo de guerra de camino al matadero, un tema similar al de Steven Spielberg, WAR HORSE.
"El ex-soldado desempleado Danny Creath (Rex Davis) reconoce a su viejo caballo de artillería que está siendo cargado para ser enviado al matadero continental. No le queda más remedio que robarlo, y los dos se dan a la fuga, con el apoyo de una simpática chica de la cuadra, y su padre policía, dispuesto a hacer la vista gorda. Estos tres humanos y el caballo (interpretado por dos animales diferentes) son prácticamente los únicos personajes de la película, aunque los flashbacks del Frente Occidental tienen un realismo impresionante que marca claramente la película como la primera obra del poeta de la guerra de la pantalla británica, Walter Summers (1896-1973). Cuando estalló la guerra, la caballería aún tenía la supremacía, pero casi instantáneamente quedó arcaica por los nuevos horrores de la guerra de trincheras y la ametralladora. En una última carga de caballería lanzada precipitadamente por los británicos en marzo de 1918, todos menos 4 de los 150 caballos fueron abatidos por las ametralladoras alemanas. El nuevo y vital papel del caballo en la Primera Guerra Mundial fue el de ser la forma más fiable de transporte hacia el frente. Existen innumerables registros de la estrecha y a menudo sentimental camaradería que surgió entre hombres y animales en el frente. A Couple of Down and Outs recuerda este parentesco, pero también la indignación generalizada por el destino de los héroes equinos después de la guerra, vendidos de forma rápida y barata, muchos de ellos exportados a Bélgica como alimento humano. (La aversión británica universal a la carne de caballo tiene sin duda sus raíces en el apego sentimental de la nación al animal)".
