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Nos encontramos ante una película con un contenido aparentemente banal, pero que, a poco que profundicemos en las líneas argumentales que nos propone, nos permitirá descubrir connotaciones de aspecto social y sentimental mucho más profundas.
Esos cuatro estudiantes que vuelven de la universidad con sus diplomas correspondientes, no sólo son diametralmente opuestos en creencias y posición social, sino que se permiten "jugar" un poco con los elementos femeninos de la trama. En este aspecto, quien se lleva la palma en cuanto a interpretación es el mismo Edward Person, uno de tantos esforzados directores de la factoria sueca silente, que dota a su personaje de una textura vívida y amarga a la vez.
Con un final espléndido, donde cada personaje fija su destino, he aquí una bella historia de amistad, plena de realismo y sensibilidad y muy poco conocida, que os recomendamos plenamente.
Eduard José Gasulla
