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Los jueves, milagro


Personal

Valoración personal: 7 stars

General

Titulo original: Los jueves, milagro
Nacionalidad: España
Año de producción: 1957
Género: Comedia

Otras personas

Director: Luis García Berlanga
Escritor: Luis García Berlanga; José Luis Colina
Productor/Estudio: Ariel
Compositor: Franco Ferrara
Fotografia: Francisco Sempere

Funcionalidades

Duración: 90
Pistas de idioma: Castellano
Idiomas de los subtítulos: No necesita
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 2,3 Gb

Reparto

  • Richard Basehart
  • José Isbert
  • Paolo Stoppa
  • Juan Calvo
  • Alberto Romea
  • Félix Fernández
  • Manuel de Juan
  • Guadalupe Muñoz Sampedro
  • Manuel Alexandre
  • José Luis López Vázquez
  • Nicolás Perchicot

Sinopsis

Fuentecilla, un pueblo que vivió tiempos de esplendor coincidiendo con el auge de su balneario, sobrevive a duras penas gracias al campo y a un limitadísimo turismo que apenas deja beneficios. Su empobrecimiento es tal que ya ni el tren para en la estación. Don Ramón, el dueño del balneario, harto de su escasa y poco aristocrática clientela, en connivencia con el alcalde, el maestro, el barbero, el dueño del hotel y don José, un acaudalado propietario del lugar, urde un plan: organizar una "aparición mariana", como la de Lourdes, que atraiga al turismo y a los devotos. Tras mucho cavilar, se dan cuenta del extraordinario parecido que hay entre Don José y una vieja talla de San Dimas, el buen ladrón. Así es como la noche de cada jueves tiene lugar la aparición de San Dimás...

Comentarios

Este ripeo tiene como fuente la edición de Video Mercury que procede del material recuperado por Filmoteca Española en Bruselas.

Hay disponible una versión corta ripeada por Arupa a partir de un xvid de 1,2 GB
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El expediente de censura de la película debe ser uno de los más voluminosos que se almacenan en el Archivo General de la Administración...

Berlanga y José Luis Colina escribieron una primera versión para la productora Ariel, financiada por el Opus, y en coproducción con una productora italiana afín cuyo responsable era Paolo Moffa. El guión, titulado simplemente "El milagro", incluye la llegada a Fontecilla de un prestidigitador llamado "El Gran Martino", que se ofrece a los capitostes del pueblo para obrar falsos prodigios. Pero entre superchería y superchería se producen un par de curaciones y, cuando las fuerzas vivas están dispuestos a declarar que todo fue una patraña, nadie les cree. "El Gran Martino" ha desaparecido y ha dejado la carta en la que dice que es San Dimas.

Esta versión fue rigurosamente prohibida por los tres censores eclesiásticos y la productora, acuciada por los plazos de rodaje concertados, forzó un poco más la máquina para que la ambigüedad del personaje de Martino estuviera presente desde el principio. Parece que este arreglo lo realizó el propio Colina y que no afectaba demasiado al argumento original, salvo que ya no era ilusionista. El anacoreta que presenciaba su aparición pasa a ser el tonto del pueblo interpretado por Alexandre y algún otro cambio menor. Los censores eclesiásticos dieron el visto bueno provisional cuando ya la película se habia terminado de rodar, según la cronología establecida por Ferrán Alberich y publicada en la edición de Nickel Odeón dedicada al director valenciano (y que me parece que está en la biblioteca virtual de por aquí).

Y entonces empiezan los problemas. La película es prohibida. La productora pacta con el padre Garau -uno de los censores- una serie de cambios de montaje y doblaje, que, según le cuenta Berlanga a Gómez Rufo en Contra el poder y la gloria, alcanzaban las doscientas páginas. Aquí se incluye en prólogo, toda la voz en off, unas escenas de enfermos tomando las aguas y una secuencia de cierre en la que todo se resuelve como un sueño de Alberto Romea. Además, se suprime cualquier referencia a Lourdes y Fátima y no hay quién entienda que pinta allí Martino...

Según Jorge Grau en sus memorias (Confidencias de un director de cine descatalogado) todas estas alteraciones habrían sido realizadas por Torcuato Luca de Tena en nombre de la productora y Berlanga las desconocía. Él habría propuesto una solución más sencilla y que no contraviniera tanto las intenciones de Berlanga. O eso dice... Aunque más parece que, como pupilo de la Obra, rodó cuanto le dijeron y se encargó del desaguisado final, del que Berlanga ya se había desentendido por puro aburrimiento.

La productora italiana tenía por contrato derecho a un internegativo y éste salió del primer o segundo montajes presentados a censura, mientras Ariel seguía rodando insertos y cambiando doblajes. El problema es que el doblaje español conservado se corresponde a la última versión aprobada por la administración y, a partir de ésta, han debido realizarse los ajustes de sonido para amoldarlos al nuevo internegativo que los italianos enviaron a Bélgica para su ditribución en dicho país.

En fin, que la cosa está complicada y que lo mínimo que debería haber hecho Vídeo Mercury es proponer una edición filológica con ambas versiones y dando explicaciones sobre de dónde procede cada elemento. O sea, peras al olmo.
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Berlanga es Berlanga, y aunque esta película no llega a la altura de El Verdugo, Bienvenido Mr. Marshall o Placido es un entretenimiento de primer orden.

La trama, para mi muy atrevida para su época, trata de que las autoridades de un pequeño pueblo en claro declive deciden simular una aparición de un santo, que deciden por el parecido de una imagen de la iglesia con José Isbert, que sea San Dimas, para que el pueblo vuelva a respirar prosperidad atrayendo a su balneario a los creyentes.

Tiene una primera hora fantástica, pero con la aparición del actor americano Richard Basehart en escena decae bastante, ya que este no parece tomarse muy en serio la película y además está muy fuera de la orbita de los demás personajes.

Aún así José Isbert está fenomenal y no digamos nada del siempre genial Manuel Alexandre, su personaje es corto pero siempre que sale da gustó disfrutar de su actuación. Los demás personajes más que correctos.

Supongo que esta película estuvo en manos de la censura de la época, y quizá tuvo que recatarse bastante Berlanga para poder estrenarla. Aún así una gran crítica social de la época que retrata esa ferviente religiosidad que se inculcaba al ciudadano medio.

Como curiosidad decir que en los créditos sale un tal Luisito Varela, que no es otro que Don Luís Varela de niño, ese gran actor de comedia, triunfador más en teatro que en cine y televisión, que ha alcanzado bastante fama hoy en día haciendo del jefe de Camera de Café, es curioso verle. Otro tema que llama la atención es que en esta película sale un José Luís López Vázquez diferente, y es chocante que habla normal, todavía no había utilizado esa voz característica que ha adornado su carrera, que a mi personalmente me pone malo.

Dignísimo entretenimiento, si tenéis un rato disfrutar de ella.