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Los proscritos


General

Titulo original: Berg-Ejvind och hans hustru
Nacionalidad: Suecia
Año de producción: 1918
Género: Drama

Otras personas

Director: Victor Sjöström
Escritor: Sam Ask; Victor Sjöström; Jóhann Sigurjónsson
Productor/Estudio: Svenska Biografteatern AB
Compositor:
Fotografia: Julius Jaenzon

Funcionalidades

Duración: 106
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: Web
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 1,1 Gb

Reparto

  • Victor Sjöström
  • Edith Erastoff
  • John Ekman
  • Jenny Tschernichin-Larsson
  • Artur Rolén
  • Nils Ahrén
  • William Larsson

Sinopsis

Un extraño llega a trabajar a la granja de la viuda Halla. Pronto ambos caerán en las redes del amor, pero todo se vendrá abajo cuando el turbio pasado del hombre salga a la luz. Entonces lo dejarán todo y huirán a las montañas de Islandia para estar juntos, aunque eso signifique caer en la total miseria.

Comentarios

Disponible otra copia de 782 MB procedente de Rutracker, la editó Kino y pesaba seis gigas y media, antes del ripeo de un DVD. En general está bastante bien. Debo advertiros que el espacio que se concede a los subtítulos es casi siempre insuficiente, así que el tiempo de los intertítulos es muy corto y tal vez necesitéis parar la proyección más de una vez para poder leerlos completos.
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La obra de Victor Sjöström, actor y director sueco (1879-1960) está formada por líricas visiones de los dramas humanos en la naturaleza. Muchos de sus films adaptan importantes obras literarias escandinavas del siglo XIX, que narran en tono romántico y realista, historias de personajes al borde de la locura por culpa de la injusticias sociales. Como la viuda desesperada (Hilda Borgström) al perder sus hijos en Ingeborg Holm (1913), el pescador noruego que lucha por sobrevivir en Habia un hombre basada en un poema de Ibsen (Terje Vigen, 1916), en donde muestra sus preferencias por la filmación al aire libre y el uso activo y poético del paisaje nórdico, tanto en el desarrollo de la acción como en la caracterización de los personajes; la madre soltera marginada (Greta Almroth) de La chica de la turbera (Tösen från Stormyrtorpet, 1917), o la pareja exiliada (Sjöström y Edith Erastoff) en Islandia en El proscrito y su esposa (Berg Ejvind och hans hustru, 1917), considerado por la crítica como el primer film con valor artístico de la Historia del Cine.

Nunca antes se había visto un realismo tan crudo, una representación a tan gran escala de la naturaleza, ni un retrato tan brutal y verosímil de los conflictos entre la gente simple, con la que los espectadores fácilmente se podían identificar. En comparación con las cintas escapistas producidas en Italia o Dinamarca en aquel momento, el arte cinematográfico sueco introdujo mediante filmes como éste, un nuevo viento de verdad decantado en una forma artística impecable.
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El importante éxito obtenido con el filme "Terje Vigen" (1916), posibilitó a su realizador, Victor Sjöström, hacer realidad un viejo sueño: llevar a la pantalla la obra teatral del escritor islandés Johan Sigurjónsson, con la que el director sueco había triunfado como actor en los escenarios de su país a comienzos de aquella década.

Aunque la distribución en cuadros de la obra cinematográfica evidencia su origen teatral, el tratamiento prioritario que el director concedió al rodaje en exteriores, fue lo que sin duda se erigió en la película como su principal característica. Profundizando en las tesis esgrimidas en la citada "Terje Vigen", el marco natural trascendía su sentido meramente estético, pasando a ocupar un lugar predominante en la obra. Las bellas imágenes de Laponia -el conflicto bélico en curso hizo imposible la filmación en tierras islandesas, donde transcurre el original literario-, adquieren un trasfondo psicológico, constituyéndose en vía necesaria para que la purificación moral de los protagonistas tenga lugar. Esa peculiar simbiosis -hombre y naturaleza-, la desarrolló tanto el propio Sjöström en su filmografía posterior, como luego, al ser recogida por otros cineastas escandinavos, que hicieron de ella el rasgo dominante del cine de su país.

Los papeles protagonistas fueron interpretados por el propio Sjöström y por su mujer, Edith Erastoff, que se hizo con el rol más por la intervención de Mauritz Stiller que por el convencimiento de su marido. Ambos nos parecen impecables. Destaca igualmente la labor de fotografía realizada por Julius Jaenzon, que demostró su maestría tanto en las escenas rodadas de noche como en un ejemplar tratamiento de la luz. La película se estrenó el 1 de enero de 1918 en Estocolmo.

Del éxito tan extraordinario que el filme obtuvo se derivaría, no sólo la introducción definitiva de la cinematografía sueca en el mercado internacional, sino que, a partir de entonces, empezara a tomarse conciencia del cine como de un auténtico arte.

Luis Enrique Ruiz
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Esta adaptación de una obra de 1911 del escritor islandés Jóhann Sigurjónsson, basada en hechos reales, confirma que Victor Sjöström fue uno de los grandes directores de la época del cine mudo. Uno de los elementos más notables de la película es el rodaje al aire libre, mostrándonos paisajes espectaculares que forman parte de la omnipresencia que tiene en el filme la naturaleza salvaje. Asimismo, resulta muy innovador el contraste entre las tomas de larga duración y las que duran muy poco, apenas un par de segundos, suficientes para mostrar de modo muy expresivo las emociones y los pensamientos de los personajes. Por ejemplo, cuando Ejvind (Victor Sjöström) y Halla (Edith Erastoff) se encuentran por vez primera. Un rapidísimo plano-contraplano nos ofrece ese contacto visual entre ambos y el modo en que se enamoran nada más verse.

Luego hay un largo flashback en el que Ejvind le confiesa su pasado a Halla, interrumpido únicamente por los primeros planos de Ejvind hablando y Halla escuchando. [...] La combinación entre el montaje y la expresión de los actores hace posible una forma muy expresiva de describir los pensamientos de los personajes, sin necesidad de rótulos. Por ejemplo, cuando Arnes, el amigo de Ejvind, está ocupado en salvarlo después de que éste haya caído accidentalmente por un acantilado, y de repente se acuerda de Halla, la esposa de Ejvind, de la que está enamorado, saca un cuchillo con el propósito de cortar la cuerda que sostiene a su amigo, pero finalmente se arrepiente, se da un golpe con la mano en la frente, guarda de nuevo el cuchillo y tira fuerte de la cuerda hasta conseguir salvarlo. La película, que está dividida en siete partes, cubre un período de alrededor de veinte años (siete años aproximadamente con la niña pequeña y otros trece solos como auténticos proscritos), y utiliza varios puntos suspensivos para concentrarse en los momentos existenciales clave [...] el mayor de ellos cuando Halla arroja desde el acantilado a su hijo para que no caiga en manos de quienes les persiguen.

Al final de la película, los esposos hambrientos en medio del invierno, Ejvind trata de rezar, pero se da cuenta de que es inútil. Uno de los rótulos resume muy bien la filosofía del filme: «Dios, a veces, está muy lejos, pero el juicio de los hombres siempre está cerca». La conclusión, cuando los esposos mueren abrazados y congelados en la nieve, es uno de los más conmovedores jamás filmado, conciso, trágico y bello, sin ninguna concesión a un pathos excesivo.

(Enrique Castaños)