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Los rangos y los hombres


General

Titulo original: Chiny i lyudi
Nacionalidad: Unión Soviética
Año de producción: 1929
Género: Comedia

Otras personas

Director: Yakov Protazanov; Mikhail Doller
Escritor: Oleg Leonidov; Yakov Protazanov; Antón Chéjov
Productor/Estudio: Mezhrabpom Film
Compositor:
Fotografia: Konstantin Kuznetsov

Funcionalidades

Duración: 65
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Buena
Peso: 775 Mb

Reparto

  • Mikhail Tarkhanov
  • Mariya Strelkova
  • Andrey Petrovsky
  • N. Shcherbakov
  • Viktor Stanitsyn
  • Ivan Moskvin
  • Vladimir Yershov
  • Daniil Vvedenskiy
  • Vladimir Popov
  • Sofya Levitina

Sinopsis

La película tiene tres partes, cada una de ellas basada en un relato de Antón Chéjov: 1. La cruz de santa Ana. 2. La muerte de un funcionario. 3. El camaleón.

Comentarios

Basada en tres relatos de Chejov ("La cruz de santa Ana", "La muerte de un funcionario" y "El camaleón"), la película es una nueva muestra del portentoso estudio de personajes que realizaba Protazanov en cada obra.

Dos pinceladas en forma de imágenes sirven para centrar cada elemento humano en su esencia y sus peculiaridades. El preboste de media edad que consigue casarse con la tímida joven, a cambio de ofrecer a su pobre familia una ayuda económica que nunca llega; el pusilánime administrativo que estornuda sin querer a un abogado ilustre durante la ópera; el policía local que interviene en el conflicto creado por un perro que muerde a un pueblerino... Son sesenta y cuatro minutos de gozosa sonrisa, tanto por los lances planteados como por la crítica impenitente que desnuda a jerifaltes, a instituciones y a políticas establecidas.

Nos han parecido estupendas las tres historias, pero si tuviésemos que escoger una, nos decidiríamos por "La muerte de un funcionario". ¡Qué sentido del humor más conseguido y, al mismo tiempo, cuánto patetismo encerrado en tan poco metraje! Toda una lección magistral de lo que debe ser un corto: breve, concreto, sin perder ni un segundo en florituras baladís, con un guión magistral, una interpretación impresionante y un final que nos deja sin respiración.

Protazanov también se "adorna" con aplicaciones sorprendentes, como, en el primer relato, ese juego de sombras impresas en la pared, que retratan la acción del personaje dos veces, algo que luego utilizarían, entre otros, Mamoulian en "Love me tonight" (Chevalier y su sombra en el número "The poor apache") y Welles repetidas veces en "Citizen Kane". O, también del primer relato, la escenografía de esa tómbola organizada por ricachones, cada uno buscando el favor de una simple mirada de su ente superior, ridícula muestra del servilismo que rodeaba a la sociedad de esa época (¿y también de otras épocas más cercanas?).