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Ripeada por Arupa a partir de un xvid de 898 MB
Me parece tan fría y distante durante sus primeros minutos como angosta y desconsoladora en su tramo final, y es que Sokurov traza este retrato del amor mutuo entre una madre y su hijo de modo un tanto desangelado en su inicio, ya que incurre diversas veces en el error de creer que puede presentar dos personajes y ahondar en su relación sin que apenas haya interacción entre ellos, y ahí falla rotundamente "Madre e hijo", puesto que nunca llega a sentar unas bases para que podamos conocer mejor a los protagonistas y sólo sobresalen algunos de los diálogos que hablan sobre las aflicciones de los mismos.
Tampoco me creo algunos momentos de absoluta pedantería donde lo visto y oído es perfectamente desechable por recargado y pretendidamente trascendental
Así, lo más destacable de la primera mitad, sería una fotografía excepcional donde los encuadres y travellings resultan fantásticos, así como ese ligero desenfoque que se produce a cada lado, y da un ligero aire de ensoñación al film.
Sokurov, sin embargo, recupera terreno perdido y borda en su segunda parte la caracterización de un ser afligido y conmocionado por lo sucedido, dando una plasticidad a cada imagen y cada momento increíbles.
Aleksei Ananishnov, a su vez, desgarra con una interpretación repleta de palpables sentimientos que hielan al espectador y lo dejan a expensas de un brillante final donde el dolor cobra vida y cualquier sentimiento, por frágil que fuera, podría atravesarle como una daga y marcarle.
Una tarde de tormenta en soledad, con la última luz del día, contemplando el aire espeso y silencioso de la naturaleza. Y en mitad de eso, recuerdos. Quizá de esto trate Madre e Hijo, o de las sensaciones. De una novela se puede decir más o menos de que trata, para ver de este modo si puede o no interesarnos, pero esto no se lo pedimos a un poema con el que tenemos que enfrentar necesariamente nuestras sensaciones.