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De un material imposible de transformar en una película muda potable como es un drama romántico de Victor Hugo, Henry Krauss consigue salvar algunos muebles gracias a verdaderas cualidades de dirección cinematográfica. Empezando por la actriz cuarentona Nelly Cormon en el papel homónimo, los actores desubicados impiden claramente que la historia se tome en serio pero, en medio de una mayoría de planos que parecen rodados diez años antes para el Film d'Art, varias imágenes confirman las cualidades de aprehensión del decorado, natural o no, revelado por Le chemineau. Además, no sé si Marion Delorme se rodó en los castillos del Loira (la acción transcurre en Blois, Chambord...), pero si no fue así, sus estancias fueron cuidadosamente reconstruidas para las necesidades de la película. En resumen, no está tan mal.
Christophe Fouchet