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Mabel Ethelreid Normand, la actriz cómica más famosa de la era del silente era, también, la que tenía los ojos más tristes entre todas sus colegas de esa época. De hecho, su existencia estuvo plagada de aspectos negativos y no fue lo que se suele decir "un camino de rosas".
Procedente de una familia pobre de solemnidad, empezó en el mundo artístico a los dieciséis años, posando como modelo de artistas para tarjetones de felicitación. Cuando entró en el cine lo hizo como bañista de los cortos de Mack Sennett, pero éste vio muy pronto el caudal de posibilidades que reunía Mabel y le dio sus primeros papeles en solitario. Trabajó junto a Chaplin y a "Fatty" Arbuckle y en 1918 ya tenía su propio estudio, donde escribió guiones e incluso dirigió más de una película. Fue una de las primeras actrices en lanzar un pastelazo a la cara de alguien (de "Fatty", concretamente). Sin embargo, también por esa época empezó a frecuentar el alcohol y los narcóticos, algo que muy pronto le pasaría factura.
En 1922 el director William Desmond Taylor, amigo de Mabel (ambos compartían su amor por la lectura), fue asesinado poco después de que Mabel saliese de su casa. La policía nunca la creyó sospechosa, pero las comadres de la industria empezaron sus chismorreos. Dos años más tarde, su chófer disparó al amante de Mabel con la pistola de ésta. Nuevos problemas y más chismorreos. En 1926 se casó con el actor Lew Cody, pero su salud ya estaba muy deteriorada. Tras una larga estancia en un sanatorio, murió de tuberculosis en 1930, a los treinta y siete años de edad.
Figura entrañable del cine, uno más de los muchos "juguetes rotos" que ha prodigado la industria, hemos querido rendirle homenaje desde este foro con veintitantas películas, cortos y largometrajes, todos restaurados. Ved las inmensas facetas de su trabajo, como cómica, como trágica dentro de la comicidad y siempre aportando algo nuevo a cualquier trama. Fijaos en sus grandes ojos tristes, en su eterno aspecto de chica desvalida. Aprended a conocerla, los que apenas la hayáis visto en la pantalla. Veréis cómo, a poco que pongáis de vuestra parte, termináis amando a esa figurita que cargó con un destino muy poco generoso.
Eddie Constanti
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"Mickey", como todas las películas de Mabel Normand, tiene a su figura como el centro de atención de principio a fin. La cámara, los decorados, la trama, todos se sienten atraídos a ella como imanes. Normand está excelente en esta película, acreditando su estatus de primera dama de la comedia silente.
Es una gran comedia, llena de gracia e intriga; nunca aburre, nunca decepciona. Somos testigos de las aventuras de una joven propietaria de una mina, tan preocupada por esa cuestión como con que los burros no lleven las correas demasiado apretadas. Cuando la llevan a casa de su tía rica del Este, se muestra como la niña que en el fondo es. Pero llega el amor y eso siempre cambia a las personas.
El elenco de apoyo es de primer nivel, con Wheeler Oakman, George Nichols, Minnie Devereaux o Laura La Varnie, todos con excelentes actuaciones cómicas que parecen no haber sido tocadas por el hacha del tiempo. Pero están todos ahí para acompañar a Mabel, que salta desnuda al agua, monta a caballo y ejecuta impresionantes acrobacias a gran altura, lo que hiciese falta. Era única y "Mickey" nos lo vuelve a demostrar.