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Mientras Nueva York duerme


General

Titulo original: While the City Sleeps
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1956
Género: Intriga; Negro

Otras personas

Director: Fritz Lang
Escritor: Charles Einstein; Casey Robinson
Productor/Estudio: Bert E. Friedlob
Compositor: Herschel Burke Gilbert
Fotografia: Ernest Laszlo

Funcionalidades

Duración: 99
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 7,2 Gb

Reparto

  • Dana Andrews
  • Rhonda Fleming
  • George Sanders
  • Howard Duff
  • Thomas Mitchell
  • Vincent Price
  • James Craig

Sinopsis

Mientras Nueva York duerme, los periodistas de la redacción del Sentinel trabajan en el cierre del periódico. En los pasillos y entre las mesas se mascan las intrigas y las zancadillas para conseguir la sucesión del director. Siempre durante la noche, también vela un asesino que se dedica a matar a mujeres jóvenes. Después de cada asesinato, deja mensajes a la policía escritos en el espejo de las victimas, con pintalabios. En la redacción del periódico, hay una auténtica competición: el primero que logre la noticia de la captura del famoso asesino "del pintalabios", tendrá todas las de ganar. Un redactor sin ambiciones, enamorado de una de las secretarias, consigue convencerla para hacer de cebo para el asesino, con vigilancia policial...

Comentarios

Ripeo de Arupa a partir de un BDrip 1080p y 13.8 Gb.

En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 24. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 24-julio-1995. Invitados: Antonio San José, Antonio Giménez-Rico y Fernando Méndez-Leite.

Esta película fue estrenada en España en 1958, junto con "Retorno al pasado", ambas películas tienen el mismo equipo de doblaje original (las mismas voces), siendo probablemente casi los únicos doblajes originales que se conservan de los clásicos de R.K.O.
En 1990 se realiza un redoblaje para el metraje completo.

Aquí va un extracto del comentario editado en El país el 04-09-1990:

"La primera cadena de Televisión Española anuncia para esta noche, y dentro del ciclo dedicado a Fritz Lang, la emisión de una de sus películas más famosas, Mientras Nueva York duerme, con nuevo doblaje y la recuperación de 11 minutos, que fueron eliminados por la censura española de la época cuando el filme se estrenó en las salas comerciales españolas, a finales de los años cincuenta.

Consultado el departamento de cinematográficos de TVE, no han podido detallar el contenido de los 11 minutos que ofrecerá el largometraje y que en su momento fueron suprimidos por la censura. "Lo que hemos hecho", explican en TVE, "ha sido un doblaje íntegro de la película, y entonces hemos descubierto que tenía 11 minutos más -94 minutos y 35 segundos- que el doblaje antiguo del filme. No hemos comparado plano a plano, pero sí aseguramos que la copia que emitimos hoy es la versión íntegra de Mientras Nueva York duerme".

He aquí un botón de muestra de la mentalidad de TVE. ¿Que faltan 11 minuntos? ¿Nos lo curramos un poquito (como está haciendo ahora Theycame) para saber cuáles son y metemos un nuevo doblaje para esos tramos? No, hombre no, más fácil aún, se vuelve a doblar toda la película. ¿Objetivo? Poder decir con orgullo que "la TVE de ahora emite las cosas íntegras". ¿Por qué? Porque sino la obra está mutilada. Y eso era cosa del franquismo. Eso sí, mutilar las bandas sonoras y las interpretaciones nunca supuso un problema para ellos. Ni para los espectadores, por lo que se ve. Total, como ni veian la V.O, no tenían ni idea de lo que estaban mutilando. Lo importante era poder decir que TVE luchaba contra la censura, porque en España se era por fin "libre de decir tooooooodo". ¿Y cómo hicieron frente a la censura franquista (que por lo menos afectaba sólo a algunos diálogos)? Censurando las bandas sonoras originales y censurando el arte interpretativo. Un tipo de censura aún peor, pues abarcaba el minutaje total de la película.

Afortunadamente, en este caso, como en Sed de mal, no se ha perdido el doblaje original. Pero muchos otros, han sufrido peor fortuna.

Como nos ha ocurrido muchas veces...casualmente tiempo más tarde salió una edición con el metraje completo y el doblaje clásico con subtítulos forzados.. es el que se ha usado para ser sincronizado y ajustado al ripeo que se presenta.

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No es la primera vez que inauguro las críticas de una película, aunque sea de 1956. Esto es un honor a la par que una responsabilidad. Pero es la primera ocasión en que la película en cuestión fue calificada por su propio realizador como su mejor obra. Además si este señor se llama Fritz Lang pues imagínense mi sorpresa.

Miren, no se si es la mejor. No las he visto todas. Pero les diré que es buena, muy buena. Tal vez no perfecta pero sí magistral. Valga la diferencia. Tan magistral que ha conseguido quitarme el mal sabor de boca que me dejó la infumable aparición de Lang en la bobada de Godard “El desprecio”. Tan magistral que me ha permitido reencontrar a ese Dana Andrews, cínico a lo Mitchum, que no encontraba desde Laura de Premminger, ó a un George Sanders en su línea de Eva al Desnudo, en este caso con menos cinismo pero igual de profesional, a una Ida Lupino, en un registro muy distinto al de la invidente de La casa de las sombras de Ray pero con una carga de madura sensualidad capaz de llevarse por delante carros y carretas, a un Vincent Price, de malvado pero diferente y sobre todo encontrarme con un Thomas Mitchell del que ya he dicho tantas cosas en comentarios anteriores que ya no se que más decir.

De cine negro tiene auténticas y genuinas pinceladas pero sobre todo es cine de ambiciones, de gentes con y sin escrúpulos, cine de te amo mientras me sirvas, cine mediático, de la comunicación al poder y del poder de la comunicación. Auténtico precursor ese Fritz Lang de lo que es el pan nuestro de cada día en materia audiovisual y sobre todo precursor del periodismo de investigación.

En minúsculas, solo un pero, el final parece resolverse demasiado fácilmente y ese pobre infeliz al que conocemos desde el principio, con su carga psicológica ó psicopática a cuestas, pues parece de recursos escapistas limitados y de una ingenuidad ilimitada. Aunque en este caso, la historia del asesino del lápiz de labios es la menor de las dos historias. La otra, la de las fieras instigadas a despedazarse entre si, un poco como los tiburones de La dama de Shanghai despedazándose unos a otros, esa historia es la que cuenta.