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Descripción exhaustiva de ese penoso período que vivió el mundo, con una contienda tan amarga y que segó tantas vidas como fue la Primera Guerra Mundial. Las imágenes están respaldadas por textos del libro ya citado (demasiados, a nuestro entender: cerca de cuatrocientas líneas de intertítulos) y el embajador Gerard, que pudo vivir de primera mano todos los entresijos, tejes y manejes del káiser Guillermo y de su cohorte de aduladores, las relata a su manera.
Esa "manera", no nos engañemos, es al "estilo norteamericano", como no podía ser de otra forma. Y no es que uno quiera restar ni lo más mínimo los horrores que sometió Alemania al resto de Europa, pero en el libro (y en la película) hay pasajes que cuestan un poco de digerir (¿realmente existieron esas veinte mil mujeres arrancadas de sus hogares para trabajar en las granjas alemanas como esclavas, tras pasar su primera noche de encierro por manos de la soldadesca germana?).
De cualquier forma resulta interesante asistir a los movimientos del káiser (aquí retratado poco menos que como un títere semihistérico), a los motivos que movieron a Alemania a hundir el Lusitania y a la dilación de Estados Unidos para actuar contra los invasores (se tomaron su tiempo, los súbditos del presidente Wilson). Por lo demás, no falta el final patriótico-triunfal, con despliegue de barras y estrellas, tropas desfilando ante un público enfervorizado (falta la cabra de la Legión) y consignas chulescas como "No íbamos a luchar, ¿verdad?", lanzadas por los americanos.
Tampoco falta la inevitable ración de terrores germanos (soldados hundiendo el cráneo de ancianos belgas o ensartando con la bayoneta a la gente civil, prisioneros enloquecidos en mazmorras donde nunca entra el sol, etcétera). Obviando todo esto (si podéis), tal vez os hagáis una idea, por ejemplo, de si el káiser Guillermo fue el instigador de la Gran Guerra o no, a pesar de que él siempre negó este término.
Eddie Constanti
