Sinopsis
«Nitratos #2: Sueños futuros de un pasado remoto (1905-1953)», reflexiona sobre la idea de progreso con 9 fragmentos de películas industriales o noticias breves acompañados por música de Juanjo Javierre.
La sesión abre con «Estación de tren de Llanes» (1905). El operador quiere rodar la llegada del tren que celebra la máquina, la tecnología. Pero la gente que está en la estación, principalmente niños, no se ven tan atraídos por el tren, sino por la máquina del cinematógrafo.
«Fábrica de chocolates Agustina» (1925) es un documental industrial que muestra el proceso de producción de las tabletas de chocolate de esta marca. La fábrica se encuentra ubicada en la parroquia de Uxo (concejo de Mieres, Asturias).
«Inauguración del tramo Gallur-Egea de los Caballeros del ferrocarril Sádaba-Gallur» (1915), «Botadura del acorazado Alfonso XIII» (1913) y «Rallye automóvil» (1909) conectan la idea del progreso ligada a la industria y los medios de transporte y los poderes fácticos.
La siguiente, «Automóvil a hélice» (1913), reúne un conjunto de imágenes de procedencia diversa que inciden en la utopía automovilística de una manera festiva y casi grotesca, igual que lo hace «Rallye automóvil». Es posiblemente la más tecnófila de todas las piezas.
También son festivas las imágenes de «Carreras de motos en San Sebastián» (1934), del productor navarro Miguel Mezquíriz, que hizo sus pinitos como cineasta amateur.
En 1953 ya solo quedan por celebrar las grandes victorias de las máquinas para salvar las barreras que antes imponía la naturaleza. «Ferrocarril de Amorebieta a Bermeo» (Daniel de Linos) llama la atención por el final, en el que la cámara se detiene sobre el paisanaje humano.
La película final, «Bellezas de Auvernia» (1914), apuesta por una utopía rural y tradicional completamente opuesta a la del resto de los títulos de la sesión. La película, además, tiene unos hermosos y frágiles colores pintados fotograma a fotograma.
Con este contrapunto queremos recordar que, paralelamente a las utopías industriales, también existieron los discursos, no menos utópicos, de las arcadias rurales.
