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Aquí tenemos de nuevo al "Repórter X", el luso Reinaldo Ferreira, esta vez presentando una historia de intriga basada en un crimen que se cometió años antes en Lisboa, aunque, como Ferreira nos advierte al principio, "este drama no es un calco de la vida real". La copia que os ofrecemos es la completa (129 minutos), y no la que se suele indicar en muchas filmografías (80 minutos). ¿Qué nos muestra ese avanzado de su tiempo en más de dos horas? Intriga, por supuesto; una historia laberíntica repleta de figuras a cual más sospechosa; unos personajes misteriosos y excéntricos; una trama que tal vez se dilata demasiado y que, como si al final el director se hubiese dado cuenta de que había "liado" el argumento en exceso, necesita más de diez minutos para explicarnos qué es lo que ocurre, quién era el malo y por qué.
Nosotros nos quedamos con esa parte central del filme, donde Ferreira se mueve a sus anchas presentándonos a esa galería de individuos peculiares, sin escatimar esfuerzos para añadir jocosos toques humorísticos (ese noble hidalgo español que parece y actúa como un travesti vestido de frac, es todo un hallazgo). El reparto resulta conocido; muchos de los actores y actrices aparecían en "¿Rita o Rito?". La puesta en escena tampoco romperá ningún molde --sencilla y funcional--, porque la historia no lo requería. En resumen, un entretenimiento con toques de intriga que se digiere sin muchos problemas.
De lo que no cabe duda es que el tal Ferreira nunca pretendió hacer un cine académico para que pasase a la posteridad, sino que únicamente buscaba divertirse cuanto pudiese con unos centenares de metros de celuloide. Creemos que lo consiguió. Sugerencia: para ayudaros a digerirla mejor, un copazo de Oporto sería lo ideal.