General
Titulo original: | Oh, Doctor! |
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Nacionalidad: | Estados Unidos |
Año de producción: | 1925 |
Género: | Comedia |
Otras personas
Director: | Harry A. Pollard |
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Escritor: | Harvey Thew; Harry Leon Wilson |
Productor/Estudio: | Universal Pictures |
Compositor: | |
Fotografia: | Gilbert Warrenton |
Funcionalidades
Duración: | 63 |
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Pistas de idioma: | Muda |
Idiomas de los subtítulos: | Castellano |
Modo de color: | Blanco y negro |
Fuente ripeo: | Web |
Soporte: | x264 |
Tipo archivo: | MKV |
Calidad imagen: | Regular |
Peso: | 450 Mb |
Reparto
- Reginald Denny
- Mary Astor
- Otis Harlan
- William V. Mong
- Tom Ricketts
- Lucille Ward
- Mike Donlin
- Clarence Geldart
- Blanche Payson
- George Kuwa
Sinopsis
Nadie creía que Rufus Billop sobreviviría como recién nacido. Luego vivió su infancia y adolescencia rodeado de médicos y medicinas, preocupado por su frágil salud y convirtiéndose en un hipocondríaco consumado. Cuando tres comerciantes consideran que su caso es una buena inversión a cambio de una futura fortuna, un médico sabio le prescribe una vista encantadora para contemplar desde su cama de enfermo y todo empieza a cambiar.
Comentarios
Harry Pollard dirigió esta simpática comedia y Reginald Denny interpretó a las mil maravillas a ese enfermo imaginario que describe la sinopsis. Pero si tuviésemos que destacar a alguien de todo el elenco sería a una jovencita bellísima llamada Mary Astor, luego archifamosa por su "Halcón maltés". Es tal su encanto, que uno hubiese pagado su buen dinero por conseguir que le tomase el pulso; de hecho, al protagonista se lo toma tan bien que en poco tiempo desaparecen todos sus males. (Un poco de salseo nunca va mal.)
El guión procede de la novela del mismo título de Harry Leon Wilson y el filme lo produjo la Universal. Denny, quien empezó su carrera como actor de teatro y cantando ópera con una buena voz de barítono, participó en nada menos que ciento sesenta largometrajes hasta 1966, cuando intervino en "Batman". Aquí está muy bien arropado por un grupo de excelentes secundarios... y por la enfermera, naturalmente. Un juguete cómico para pasar el rato sin tener la impresión de que a uno le están tomando el pelo.
(Eddie Constanti)