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Onésime et le coeur du tzigane


General

Titulo original: Onésime et le coeur du tzigane
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1913
Género: Western

Otras personas

Director: Jean Durand
Escritor: Henry de Brisay
Productor/Estudio: Société des Etablissements L. Gaumont
Compositor:
Fotografia: Paul Castanet

Funcionalidades

Duración: 7
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Muy buena
Peso: 110 Mb

Reparto

  • Ernest Bourbon
  • Berthe Dagmar
  • Édouard Grisollet
  • Alphonse Foucher
  • Hector Gendre
  • Lonys
  • Gaston Modot
  • Léon Pollos

Sinopsis

Mientras Onésimo y su esposa disfrutan de su luna de miel en una terraza a la orilla del mar, un gitano se acerca para tocarles una canción con su violín. Tanto le gusta la música, que la mujer le obsequia con todo su dinero. A partir de ese momento, el gitano les seguirá tocando allá adonde vayan, y ellos no podrán parar de bailar.

Comentarios

¿Se pueden producir westerns en la Camarga francesa y equipararlos a los originales del West americano? En los doce cortos que aquí os presentamos podréis encontrar la respuesta. Jean Durand se propuso recrear las hazañas de Tom Mix, John Ford y William S. Hart, en parajes mucho más cercanos para él, cambiando llanuras de Arizona por lagunas francesas y recodos del Gran Cañón por cañizales arroceros. Digamos enseguida que en algunos cortos la "hazaña" se consigue más que en otros, pero que no faltan nunca las cabalgadas, los asaltos a trenes, las pistolas con gatillos fáciles y los ladrones de caballos.

Experimento interesante, hito para la historia del cine y punto de partida para posteriores géneros como los que llevaron a cabo los alemanes con las aventuras de Old Shatterhand y Winnetou (Karl May) sin contar con las proezas de Sergio Leone desde Italia y los spaguetti-westerns españoles, de infausto recuerdo (aunque algunos los veneran, seamos respetuosos con ellos). De cualquier forma, era necesario que alguien abriese camino y fuese un pionero; y Jean Durand tomó la delantera.

Si os gustaron las comedia de la primera parte de esta antología, acercaos a estos westerns; no os defraudarán. Hay tensión, ritmo, polvaredas, venganzas y buenos y malos. Y hay, especialmente, ilusión, arrobas de ilusión. A esa gente de los inicios del cine les faltaban recursos, pero andaban llenos de sana desvergüenza. Así fue como crearon historia, con desparpajo y valentía. Y así es como os los presentamos desde esta humilde y voluntariosa tribuna.