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Si bien esta comedia corta tiene cierto interés por la oportunidad de ver a un Oliver Hardy muy joven, en realidad no es nada convincente. Cualquier potencial que hubiese en la historia y el elenco se desperdicia rápidamente y sólo queda un revoltijo caótico y, a veces, incomprensible que de hecho no lleva a ninguna parte. Cuando se filmó este corto ya se habían producido muchas buenas comedias y ésta debería haber sido mucho mejor para poder compararse con ellas. La premisa de la historia es que el personaje de Hardy está en un aprieto al haber dado a su tío una falsa impresión sobre el estado de su vida hogareña y esto provoca que Hardy, sus socios y sus vecinos corran frenéticamente para buscar esposas e hijos postizos.
La mayor parte de su trama es incomprensible y sin sentido. De hecho, se trata de un título de la serie de Plump y Runt más o menos camuflado. Es el tipo de narración que puede ser bastante divertida cuando se escribe y se dirige con habilidad, pero que resulta tener muy poco enjundia si no se realiza con cuidado. Por desgracia, éste es el caso que se nos ofrece. Ni siquiera un talento emergente como Hardy puede salvar este tipo de lío.
(Eddie Constanti)