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Empezó vendiendo bonos y luego se alistó en teatros itinerantes, llegando a participar en importantes obras como "Peter Pan". Se inció muy joven en el cine y actuó junto a Mary Pickford y Lillian Gish, entre otras. En la cima de su éxito, se decía de él que era "el hombre de la sonrisa de un milón". Elegante y bien parecido, con la llegada del sonoro se dedicó a la producción y a crear guiones. Se casó cuatro veces, casi siempre con actrices, y murió en 1967 debido a un derrame cerebral.
Esta película es de cuando su nombre era bien conocido en la industria. Veréis que practicaba un humor discreto, muy lejos del slapstick y comprenderéis por qué gustaba tanto a la platea, en especial a las damas.
Va acompañada por una banda sonora interpretada al órgano.
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Douglas MacLean regresa a su ciudad natal en Iowa para hacerse cargo de la farmacia que dirigía su difunto padre. Los tiempos están cambiando y la tienda no. Justo enfrente de la suya está abriendo una nueva cadena de farmacias, propiedad del padre de la chica que ama, Marian de Beck. Para competir, recuerda que su padre pasó décadas tratando de crear una panacea. Moliendo jengibre, carbón, tierra de Fuller y pepsina, anuncia su gran descubrimiento.
Douglas MacLean fue un cómico líder ligero, primero para Ince y luego lanzando sus propias producciones a través de Paramount. Como la mayoría de los comediantes ligeros de la época, Doug interpretó a un hombre común, cuyo comportamiento era un poco extraño; en esta película, los pensamientos de MacLean se retrasan demasiado, pero cuando lo hacen, nos encontramos con una trama políticamente muy incorrecta y que, en algunos momentos, ronda la desfachatez. En vestimenta y comportamiento, MacLean se parecía mucho a Douglas Fairbanks en esta etapa de su carrera, aunque era definitivamente más cínico.
(Eddie Constanti)
