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Supongo que a estas alturas de la película, más de uno se habrá preguntado cómo realizó Ruttmann estas imágenes y cuál es el material que realmente se ve en pantalla. La resuesta es: cera. Sí, lo que estais viendo es cera.
Este genio tomografíó, es decir, fotografió por cortes (como en un escáner médico actual), con la técnica del stop motion , diferentes bloques de cera con variadas formas tridimensionales. Fue una técnica muy novedosa para la época, para la que se ayudó de un aparato de su invención que era capaz de realizar cortes muy precisos, consiguiendo, por medio de rebanar lochas muy finas en el material, una sensación de movimiento en sus imágenes, que en realidad eran variaciones en la altura del objeto tridmensional, ajustadas a los tiempos de cada fotograma. Oskar Fischinger, que ya trabajaba en la misma idea con su máquina de animar la cera, aplicó esta técnica también a la arcilla. Por cierto, Fischinger asistió a la première de Opus I, acaecida el 27 de abril 1921, y a partir de entonces, ambos cineastas se interesaron recíprocamente por sus avances en esta forma de animación que no tiene como base el dibujo en el papel.
Y, con el mismo aparato, Ruttman creó, en 1926, los fondos de Les aventures du Prince Ahmed, de Lotte Reiniger.
Y algo más tarde, podemos encontrar experimentos en el mismo sentido realizados por el francés Jean Painlevé, aplicando esta técnica sobre objetos reales, por ejemplo, una naranja, en su película La quatrième dimension (la cuarta dimensión), en 1937.