General
Titulo original: | Orphée |
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Nacionalidad: | Francia |
Año de producción: | 1950 |
Género: | Drama |
Otras personas
Director: | Jean Cocteau |
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Escritor: | Jean Cocteau |
Productor/Estudio: | Films du Palais Royal; Andre Paulve Film |
Compositor: | Georges Auric |
Fotografia: | Nicolas Hayer |
Funcionalidades
Duración: | 90 |
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Pistas de idioma: | Castellano; Francés |
Idiomas de los subtítulos: | Castellano |
Modo de color: | Blanco y negro |
Fuente ripeo: | |
Soporte: | x264 |
Tipo archivo: | MKV |
Calidad imagen: | Muy buena |
Peso: | 1,7 Gb |
Reparto
- Jean Marais
- María Casarès
- François Périer
- Marie Déa
- Henri Crémieux
- Edouard Dermithe
- Juliette Gréco
- Roger Blin
Sinopsis
Orfeo es un poeta obsesionado con la Muerte (la Princesa) de la cual se enamora. Un día los esbirros de la Muerte matan a Eurídice, la esposa de Orfeo, y éste decide seguirla hasta el Inframundo para rescatarla.
"Orfeo" es un mito griego acerca de un músico que desciende a los infiernos para reclamar a su esposa muerta, y el sonido de su lira encanta tanto a los dioses que permiten a su esposa regresar a la tierra de los vivos, con la condición de que él no la mire jamás. Jean Cocteau establece su película, rodada en 1949, en el París contemporáneo y añade a la historia giros que hubiesen sobresaltado a los griegos, especialmente un triángulo amoroso entre el poeta Orfeo, su esposa Eurídice, y la Princesa Muerte.
La versión de Cocteau tiene belleza y misterio. No fue Cocteau un cineasta prolífico (también estaba atareado escribiendo poemas, novelas y dramas, pintando, esculpiendo y aficionándose al opio). Pero cuando hacía películas, estas se desarrollaban no desde fórmulas comerciales sino desde los manantiales de su inconsciente, y como compañero de viaje de los surrealistas, no era tímido al mostrar su bizarra imaginería.
Comentarios
Me encanta este tipo de cine porque ya no se hace, y consigue retrotraerte a un tiempo en que las cosas se hacían y se entendían de otra manera, a otro ritmo.
Esta película tiene una cualidad contemplativa, uno se sienta a verla y ha de dejarse llevar. Tiene una fotografía en blanco y negro que precisamente le da la atmósfera de irrealidad que necesita la historia.
Jean Marais luce con luz propia por su apabullante belleza, pero no es sólo una cara bonita. Tiene además una entrañable vis cómica, cuando dice "Tengo los nervios de punta". Hay que reconocer que es algo hierático, pero no es extraño que Jean Cocteau se enamorara de él como una bestia. Tuvieron una relación de pareja de veinticinco años que sirvió para convertir al macizo Jean en una estrella del cine francés.
Tened en cuenta que esta película es para verla relajadamente, que es una revisitación del mito clásico de Orfeo, y que es cine surrealista del del movimiento surrealista (si, el de Dalí y Breton y demás) aunque ya es un surrealismo crepuscular, porque estamos en el año cuarenta y nueve.