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El decorado que M. John Mac Cormick, gerente general de la producción West Coats y productor, a la vez, de todas las películas de Colleen Moore, ha dispuesto para la última creación de la traviesa artista, "Orchids and Ermine" ("Orquídeas y Armiño") es sin disputa el más lujoso que hasta la fecha ha utilizado Colleen. El hall del hotel y «La Avenida de los Pavos Reales», bastan a llenar con sus inmensas proporciones todo un escenario. Se incluyen en ellos dos docenas de alfombras orientales, de dos mil dólares cada una, tapices riquísimos, candelabros y lámparas, muebles de estilo delicadamente acabados, etc. Se ha tratado, en fin, de dar plena justificación al sugestivo título de esta producción, en la que la señorita Moore tendrá ocasión de lucir toda una serie de originales y elegantísimas toilettes.
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Agradable comedia con Colleen Moore como operadora de una centralita en un lujoso hotel, que conoce a un millonario petrolero de Oklahoma, a quien ella cree que es el mayordomo. No es una gran película, pero sí muy correcta y con una buena actuación de Moore, quien a finales de los años veinte era uno de los mayores atractivos de taquilla en la industria.
Algunas escenas son destacables, aunque a la película le cueste un poco "arrancar". Jack Mulhall interpreta al millonario, Sam Hardy es el ayuda de cámara, Gwen Lee es Ermintrude, el "amigo", Hedda Hopper interpreta a la vendedora y Mickey Rooney, de 7 años, ¡es un enano! Moore destaca entre todos una vez que la historia comienza. Era una actriz cómica y muy natural, sin ser excesivamente bella. Diríamos que podría equipararse a un Harry Langdon, en masculino.
"Orchids and Ermine" fue un gran éxito, pero no tanto como "Lilac Time", de un año más tarde, de la que seguimos esperando una restauración como la que se merece. Poco después, Moore se embarcaría en una aventura, ya en el sonoro, de la cual no saldría muy bien parada, hasta el punto que renunció a seguir actuando para la pantalla.
(Eddie Constanti)