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La serie "Oscar" se creyó, erróneamente, que era obra de Feuillade, cuando su autor fue Perret. De hecho, el IMDB se la sigue adjudicando al primero. Sabemos que se trató de una quincena de cortos cuyo intérprete, Léon Lorin, era un atildado y elegantemente vestido señor de mediana edad, que en cada episodio trataba de lograr los favores de una joven distinta (en este caso la joven es mademoiselle Angèle Lérida).
La representación de este galán algo trasnochado era muy parisina pero también bastante irónica, como se puede apreciar, por ejemplo, por la forma de andar del referido.
Una primera y magnífica escena nos muestra el París de aquellos tiempos: la plaza de la Concorde, la avenida de la Opéra, los Campos Elíseos, el Petit y Grand Palais... Sólo con estas imágenes, la película ya nos brinda un testimonio documental impagable. Luego llega el enredo por culpa de una frase que, en francés, literalmente significa una cosa y en sentido figurado, otra muy distinta. Claro está, no revelaremos aquí la naturaleza de dicha frase. Lorin borda su papel y la señorita Lérida añade el contrapunto chispeante a la historia. En el plano final vemos al mismo Perret sosteniendo un par de bebés y el rótulo: "¡Hagan ustedes lo mismo!". Es decir, el amor y no la guerra. Desgraciadamente, como transfondo ya se cernía en toda Europa la primera contienda mundial...