Comentarios
Llevada a la pantalla repetidas veces (incluido un largometraje coreano), ésta es la primera versión que se conoce de "Papá piernas largas" y la dirigió Marshall Neilan en 1919. Dadas sus características físicas, Mary Pickford hace creíble ese paso de la soñadora adolescente a la adulta que sigue idealizando la figura de su protector. Sin embargo, la fase intermedia de la película, para nuestro gusto, no tiene la frescura de sus inicios y adolece de cierta morosidad. Hay un conato de crítica social cuando la figura de la protagonista alcanza cierta fama, pero enseguida el guion deriva hacia el más puro melodrama.
Nos quedamos con las primeras escenas, en ese orfanato donde vive Judy y en el que se sirven ciruelas cada día y en cada comida, con la consecuente rebelión de los niños ante tal atropello alimenticio. En esos momentos la película alcanza cotas de gran eficacia e incluso se podría equiparar con la escena en que Oliver Twist pide más gachas a sus cuidadores. También destacaríamos la borrachera de la Pickford y uno de sus compañeros, por su jocosidad. Lástima que luego el filme derive hacia otros derroteros más manidos.
(Eddie Constanti)