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A un crítico cuya opinión respeto le gusta la película y sostiene que el hecho de que los McDonagh sean autodidactas es motivo para perdonar lo que yo percibo como los defectos de la película; no lo creo. ¿Cualquier obra de arte -y eso incluye a las películas- debe ser juzgada según los estándares de "¿me conmueve?". Y si es así, ¿se debe a algo innato de la película o se trata de las circunstancias en las que la vi? Si mi amor por una película es puramente nostálgico o se basa en el hecho de que no sabía que había algo mejor en ese momento, como ver a Jimmy Aubrey antes de oír hablar de Charlie Chaplin, entonces mi valoración inicial está sujeta a revisión.
Esta película fue producida para atraer a la audiencia al despertar en ella ciertas emociones y de hecho lo hizo en ese momento: fue, según todos los informes, un éxito enorme. Pero, ¿ese éxito se basó en el mérito artístico o en el hecho de que se trataba de una producción australiana? ¿Es el patriotismo relevante, excepto cuando se produce una ondulación de bandera de algún tipo? Creo que no y los personajes sencillos o quizá la mala dirección me desagradan en esta película. Mi problema reside en Gaston Mervale. Es un canalla de pies a cabeza, pero se supone que ha encantado a la madre de la señorita Lorraine y ha mantenido un lugar en la sociedad para cubrir sus delitos no especificados; también tiene que convencer a la señorita Lorraine de que es un hombre agraviado y que ésta debe renunciar al hombre que ama para convertirse en esclava de él en el interior del país durante años. Eso requiere encanto, al menos parte del tiempo y puede revelar su naturaleza podrida. Sin embargo, nunca muestra nada a nadie, sólo es un tipo mezquino, egoísta y desagradable.
Todo ello no significa que no haya nada de valor en la película. No hay duda de que miss Lorraine es una actriz capaz, o de que la guionista y directora Pauline McDonough no tenga buen ojo para las tomas al aire libre. Ciertamente lo tiene, desde la toma cenital del tren que se precipita sobre un puente hacia los campos de Paradise Valley. La historia básica sigue siendo buena. Es simplemente que su manejo ha envejecido muy mal.
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De Australia nos llega esta buena muestra de cine recuperado. La dirige Paulette McDonagh, que a pesar de su corta filmografía destacó en ese país por su buen hacer en el séptimo arte. Más adelante os traeremos alguna cinta más realizada por ella. Su hermana actúa como protagonista (se hacía llamar Marie Lorraine) y a la vista de sus dones podríamos decir que tenía belleza y tablas bajo los focos. Una joven regresa a su pueblo natal y en el tren coincide con un muchacho que acaba de ultimar su carrera universitaria. Ella no ha visto a su padre desde muchos años atrás e ignora que es uno de los mayores granujas de l país, embarcado en asuntos ilegales de los que siempre se libra por rondar en todo momento la fugaz línea de lo correcto y de la delincuencia. El joven universitario es el hijo del fiscal general de distrito, alguien que desea pillar al granuja citado tan pronto se descuide. Entre los dos nacerá el amor, coartado por las circunstancias de sus respectivas familias. Trama bien narrada y situaciones paralelas que se combinan con el argumento principal, como ese socio del padre de la joven, que enloquece por ella y está a punto de cometer una tropelía; o la parte final de la historia, rodada en ambiente natural y con desenlace imprevisible. Una densa y bien llevada historia que se ve con agrado y nos mantiene con el alma en vilo en todo momento. Por desgracia, hemos tenido que borrar una "mosca" bastante ancha en su parte superior... ¡qué le vamos a hacer!
Eduard José Gasulla
