Sinopsis
La última de las películas de Len Lye, terminada pocos meses antes de su muerte, a los 78 años, es probablemente la más abstracta de todas ellas. Aquí regresa a las técnicas empleadas en la famosa Free Radicals y al empleo del blanco y negro. No tiene actores, no hay historia, no hay objetos o accesorios, tampoco paisaje. Sólo unos cuantos puntos aleatorios y líneas (partículas) flotando alrededor de la pantalla, con el sonido de una monótona música que combina tambores de danza de las Bahamas con música de tambor de la etnia Yoruba de Nigeria y los sonidos producidos por las metálicas esculturas cinéticas de Lye. Es una nueva muestra de cine de arte, experimental y siempre distinto.