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Pasión de los fuertes


General

Titulo original: My darling Clementine
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1946
Género: Western

Otras personas

Director: John Ford
Escritor: Samuel G. Engel; Winston Miller; Sam Hellman; Stuart N. Lake
Productor/Estudio: 20th Century Fox
Compositor: Cyril J. Mockridge
Fotografia: Joseph MacDonald

Funcionalidades

Duración: 103
Pistas de idioma: Castellano; Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 7,8 Gb

Reparto

  • Henry Fonda
  • Linda Darnell
  • Victor Mature
  • Walter Brennan
  • Tim Holt
  • Ward Bond
  • Cathy Downs
  • John Ireland
  • Alan Mowbray
  • Grant Withers
  • Jane Darwell

Sinopsis

A Wyatt Earp (Henry Fonda), antiguo sheriff de Dodge City, le ofrecen la vacante como comisario de la ciudad de Tombstone, tras haber desarmado a un peligroso delincuente. En un principio Wyatt rechaza el puesto, porque ahora se dedicaba al negocio del ganado junto con sus hermanos. Pero la muerte de uno de ellos lo hace decidirse por aceptar la vacante, y nombrar a sus hermanos como ayudantes. No tarda Wyatt en hacer amistad con un jugador y pistolero llamado Doc Holliday.

Comentarios

En la década de los 70's , la 20th Century Fox donó la película a los Archivos de Cine de UCLA.
En 1994, se descubrió que el metraje era diferente a lo que se mostraba hasta entonces.
Estamos hablando de unos 8 minutos más, con variaciones menores a lo largo y un final ligeramente diferente.
Si bien la "Theatrical Version" ha sido restaurada a fondo, la edición "Prerelease Version" aunque también restaurada presenta más defectos en imagen, rasguños, algún halo etc, pero en general el trabajo es realmente bueno.

Premios
1946: National Board of Review: Mejores diez películas del año

Quien me conoce sabe que a Ford le adoro con reparos. No me parece intocable, como cualquiera de sus compañeros tiene sus películas que no me entusiasman. Era sexista, homófobo y racista; y la verdad es que no en pocas de sus películas se pueden apreciar estos “atributos”. Pero como bien me dijo un amigo que conoce muy bien el western: ¿No es acaso el Oeste así?

Y lo es. Y también es bello, es reflexivo, es dolor por las perdidas incomprensibles, es amor escondido en los recovecos que deja el viento sobre las rocas, son canciones que suenan a mejores tiempos, son las ganas de superación de la raza humana, los aullidos que encolerizan el ganado, las esperas bajo el porche de la barbería, las condenas eternas, los güisquis peleones, los “tequiero” susurrados, los silbidos de las Winchester y los abrazos sentidos. Es la otra cara del Oeste, es la cara de “My darling Clementine”.
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Más que un famoso tiroteo
Gracias a la magia del cine, una escaramuza que tuvo lugar en la época de colonización de oeste norteamericano, se convirtió en un famoso duelo y sus protagonistas principales elevados a la categoría de mitos. Seguramente debieron sucederse miles de enfrentamientos similares, pero sólo este ha conseguido perdurar en el tiempo, y el pequeño pueblo de Tombstone se ha convertido en un lugar de visita obligado para cientos de cinéfilos.

El realizador John Ford, se encargó adaptar a su manera los hechos, sin pretender ser realista. En el film de Ford, poesía y tragedia se dan la mano. Una excelente fotografía en blanco y negro, envuelve de una forma muy especial el pequeño pueblo donde tiene lugar toda trama. A Ford, no le interesa tanto narrar el tiroteo, como el hablarnos de las personas y de sus actividades más cotidianas y sobretodo de sus reuniones sociales. Por otro lado, se observa un especial cuidado a la hora de retratar a los dos héroes, Wyatt Earp (Henry Fonda) y Doc Hollyday (Victor Mature) a quienes el realizador sitúa de forma antagónica. Pese a que al final acaban siendo amigos, siempre flota entre ellos una extraña sensación de recelo, de rivalidad, acentuado por la presencia de Clementine (Linda Darnell). Earp es un tipo respetuoso de la ley y el orden, y los valores familiares (no hemos de olvidar que desde el principio busca al asesino de su hermano), mientras que Holliday fue en su día alguien como Earp, pero ahora es una persona amargada, alcoholizada y obsesionada con su propia enfermedad. En este sentido, podríamos decir que Earp es un "héroe romántico" y Holliday un "héroe trágico" en el sentido más shakespeariano del término.

La poesía y lirismo que destila el film está reforzada por el excelente uso que hace Ford de los silencios de sus protagonistas. Es más que evidente que Earp (compuesto por Fonda de una forma sobria y serena y sin ninguna estridencia) está enamorado de Clementine, pero nunca se atreve a expresar sus sentimientos. Por su parte, Holliday (excesivamente expresivo), ahoga en alcohol su frustración y amargura de una vida perdida siendo plenamente consciente que no le queda demasiado tiempo de vida. Pero además de sus dos protagonistas, el realizador no se olvida del resto del reparto, los cuales, aunque quedan en un segundo plano, tienen la entidad suficiente como para dar la sensación de ser un pueblo vivo, que respira, que cantan y beben en el bar, una constante en el cine de Ford.

En medio de este retrato, casi cotidiano, prácticamente nos olvidamos del tiroteo. El realizador lo resuelve de forma tan contundente como eficaz, pero al mismo tiempo exenta de épica, sin alargar innecesariamente la secuencia, lo que nos deja un extraño sabor de boca, sobretodo a los amantes de los duelos.

Lo que sí consigue el realizador es que a estas alturas ya no nos importa la veracidad de lo que sucedió en el O. K. Corral, y nos quedemos con sus personajes.