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Gran sorpresa. Las películas se pueden analizar, diseccionar, criticar y debatir. Algunas --muy pocas--, simplemente se deben "sentir". Ésta es una de ellas. Hay que dejarse llevar sin más por sus imágenes, desde la primera hasta la última, ya que, como bien dijo Hitchcock, "en cine sólo se debe recurrir al diálogo cuando no es posible hacerlo con imágenes", y aquí la imagen es la soberana. Casi todo se explica sin palabras. No hace falta más.
Grandísima sorpresa. Jean-Benoît Lévy, director, productor y teórico del cine --del que poco sabíamos, a excepción de "Pasteur", junto a Jean Epstein--, nos ofrece un recital de sensaciones fundidas en apenas hora y media. Esos planos de París, esas escalinatas de la calle Lepic (¡maravillosas!), esos paisajes de la granja... Diré, y no exagero, que la película reúne los pasajes más líricos de "La tierra", de Dovjenko, el mejor cine de Feuillade y unas gotas de "Los 400 golpes", de Truffaut. Y me quedo muy corto. Planificación admirable, luminosidad espléndida, elipsis maravillosas, personajes encantadores (el mismo Piel de melocotón, la bella dama rica, Lucie, la chica de la granja...).
Por supuesto, para ordenar ese vendaval de pura poesía, Lévy necesitó a un prodigio que estuviese a su altura en la labor de montaje. Ahí es donde aparece Marie Epstein (hermana de Jean), que reúne la obra de Lévy, la desmenuza, intercala planos y secuencias y completa este increíble hallazgo que ahora os ofrecemos.
La historia tiene dos fases bien diferenciadas, que transcurren en el plazo de diez años; de la niñez (del protagonista) a su edad adulta. Es necesario resaltar, también, la curiosa misoginia (por no llamarla de otro modo), que se establece entre Piel... y su gran y único amigo, La Ficelle, que les lleva a pactar "no hacer caso a las chicas"... hasta que aparece (o se vuelve adulta), "la" chica. Ahí empiezan los malentendidos y los sacrificios en aras de la amistad.
No voy a extenderme más. Es una obra de arte sin fisuras, que hay que ver sí o sí. Pocas veces he estado tan seguro de una afirmación. Sentáos y disfrutadla.