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"En los campos de Flandes" es un poema del teniente coronel médico John McCrae, escrito durante la Gran Guerra y que sirve como bello contrapunto a esta sensible historia bélica que, para quien esto escribe, ha sido una de las sorpresas más agradables de estos últimos tiempos.
Sensible relato que, sin apenas entrar en el capítulo puramente de "batalla" (sólo algunas escenas en las trincheras y los bombardeos al fondo), estudia la personalidad de cada integrante del reparto, sus pensamientos y los móviles que les impulsan a alistarse en la contienda. Y al hablar del reparto, es obligado citar al protagonista, Jameson Thomas (lo habréis visto en "Blighty" y como gerente de "Piccadilly"), un prodigio de naturalidad. Por ejemplo, la escena en que descubre al amor de su vida en el baile, junto a su joven prometido, se desarrolla casi por entero en primeros planos de Thomas y sus reacciones ante lo que ve: estupor, rabia y conformismo.
La realización de Arthur Maude, uno diría que se "desliza" por la idiosincracia de los personajes, sin estridencias ni notas fuera de lugar, a pesar de que la historia tiene momentos de indudable dureza. La penúltima escena en la trinchera y, sobre todo, la que cierra la película, tienen una fuerza emocional que, a poco que seáis algo sensibles, os formarán un nudo en la garganta. Y como colofón a esta breve nota, no nos resistimos a incluir una estrofa del poema ya citado de John McCrae, que os puede preparar para la visión del filme:
"Somos los muertos [los soldados].
Hace pocos días sentíamos el amanecer,
vivíamos el resplandor del atardecer,
amábamos y éramos amados.
Ahora yacemos en los campos de Flandes."
(Eddie Constanti)