Comentarios
En efecto, tal como he leído en la crítica de un crítico literario de El País, con esta película se rinde homenaje a aquellas disparatadas y absurdas comedias que se hacían en los años 30 y 40. En particular, me recuerda a "La fiera de mi niña", con Barbra Streisand emulando el alocado e impulsivo papel de Katharine Hepburn y Ryan O'Neal imitando el apocado, tímido y despistado papel de Cary Grant.
Se trata de una comedia de equívocos, enredos y persecuciones, y todo comienza cuando la catastrófica e inteligente Judy (Barbra Streisand) se cruza en el camino de Howard (Ryan O'Neal), un musicólogo que ha viajado a un congreso en San Francisco para optar a un premio que se concede a investigaciones musicológicas. Además, el embrollo se multiplica debido a cuatro maletas iguales que circulan dentro del hotel donde se alojan Howard, su prometida, Judy y otros que están implicados en el entuerto. Judy, que se ha enamorado del atractivo Howard, no vacilará en cometer cualquier disparate y organizar unos líos tremendos para conquistarlo.
Con unos diálogos delirantes, mucho movimiento de un lado a otro, mucha acción, suplantación de personalidades y desastres varios, tenemos servida una película que, si bien se le advierten muchos defectos, sin embargo tiene algunos momentos memorables y como en definitiva tiene mucho de parodia y hace guiños a otras películas a las que homenajea, se le perdonan los fallos. Por ejemplo, fíjense en la alusión que se hace a "Love Story", el más famoso drama romántico de los 70 que se había rodado dos años antes y que protagonizó el propio Ryan O'Neal.
No es tan buena como otras comedias a las que rinde culto, pero tampoco tiene pretensiones de serlo y se conforma con proporcionarnos una hora y media de simpática, a veces ácida y siempre disparatada diversión.