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Tambien disponible en DVD.
En otro archivo Que Grande es el Cine, de José Luis Garci. Programa 138. Presentación y coloquio.
Fecha de emisión: 21-diciembre-1998. Invitados: Juan Cobos, Oti Rodríguez Marchante y Eduardo Torres-Dulce.
Audio : El doblaje que lleva el ripeo es el de Jesús Puente y sólo en esas escenas que fueron censuradas está esa otra voz, creo que es Iván Muelas.(Por lo visto la censura metió la tijera en el doblaje de 1963. Esta película era ejemplo de propaganda política...El cristianismo de Capra les debía parecer marxismo puro.
Premios
1946: 5 nominaciones al Oscar: Película, director, actor (Stewart), montaje, sonido
1946: Globos de Oro: Mejor director
La tercera colaboración de Frank Capra con James Stewart, tras "Vive como Quieras" en 1938 y "Caballero sin Espada" en 1939, es una maravillosa alegoría sobre la importancia del ser humano en el desarrollo de sus semejantes, casi una filosófica reflexión sobre el sentido de la vida.
Para los que acusan a Capra de optimismo exacerbado, este film es una clara muestra de su propia evolución personal, ya que presenta la particularidad de que el mal, representado como en casi toda su filmografía, por una parte de la sociedad, nihilista, materialista y manipuladora, e interpretado magistralmente en este film por Lionel Barrymore, ya no es vencido por la nobleza y los elevados ideales, sino que seguirá desarrollándose, a pesar de la existencia de éstos.
La interpretación de James Stewart en el papel del generoso, abnegado y sacrificado George Bailey, que renuncia a sus sueños de gloria personal para devenir un filántropo, entregado al servicio de su familia y de la comunidad de Bedford Falls, y que sufre una terrible crisis existencial, que le llevará hasta las puertas de la muerte, es tierna, vibrante y conmovedora, una de las mejores de su carrera y una excelente muestra de su gran versatilidad como actor.
Incombustiblemente optimista, a pesar de su acerada crítica social, rabiosamente divertida, a pesar de los tintes trágicos de su historia, realista en el tratamiento de sus personajes, a pesar de su fantástico argumento, el visionado del film sólo admite una reflexión al finalizar oyendo sonar las campanas en el árbol de Navidad de los Bailey.... ¡Qué bello es vivir!