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Con cuatro adaptaciones al cine (incluida una dirigida por Griffith), una serie televisiva y una obra de teatro, "Ramona", la novela de Helen Hunt Jackson, escrita en 1884, tiene su mejor reflejo (eso pensamos), en este silente de 1928.
Después de noventa años de quejas por parte de los adictos al silente, "Ramona" fue descubierta en la Gosfilmofond, restaurada por la Library of Congress y proyectada por la Turner Classic Movies. La obra fue inmensamente popular durante décadas, con sus impactantes imágenes de racismo: ¡cómo odiaban los viejos hidalgos de California a los indios! "Ramona" está interpretada por una bellísima y sensible Dolores Del Rio. Se enamora del indio Warner Baxter (aquí algo menos eficaz que en sus vigorosos papeles posteriores -será la falta de bigote-) y es desheredada. La pareja es feliz y vive en prosperidad, con una hermosa hija.
En 1928, un año con una gran cosecha de películas en Hollywood, "Ramona" brilló con luz propia. El director, Edwin Carewe, consiguió sacar lo mejor de sí mismo al director de fotografía Robert Kurrle. Miss Del Río nunca estuvo fotografiada más bella, con reflejos casi mágicos revelando las inmensas emociones que cruzan sus exóticos rasgos. También fue una de las primeras películas que mostraban el parque nacional Zion. La historia puede resultar un poco obvia para una audiencia moderna, pero entonces hablar del racismo entre los anglosajones y los hispanos hacia los indios era un tema tabú. Helen Hunt Jackson se atrevió y nos legó esta hermosa obra que habla de amor y de compasión.
Eddie Constanti
