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Os presentamos una selección de la obra del Marqués de Villa Alcázar. El audio es algo deficiente en algunos archivos y desgraciadamente no lo he podido arreglar.
Segundo de una serie de documentales dedicados a glosar la tarea del Estado a través del Instituto Nacional de Colonización. A imitación de la labor del fascismo italiano en los años treinta, los planes de colonización incluyem la creación de nuevos pueblos para colonos, dotados –como no podía ser de otro modo- de su iglesia. Hay también escuelas para niñas y niños –por separado- en la que los segundos reciben sus primeras nociones agrícolas. La instalación in situ de industrias de procesado –lácteas, conserveras…- pinta un panorama de progreso idílico en tierras que antes eran dehesas improductivas y despobladas. En el caso de la zona de Guadalcacín se trata de un sangrante caso de subdesarrollo muy cerca de Jerez de la Frontera, con familias enteras viviendo en chozos sin agua ni luz para el mantenimiento de unos palmitales que sólo resultan rentables en esta economía de supervivencia. Más que la ausencia de escuela, parece el Marqués de Villa Alcázar preocupado por la carencia de formación religiosa de las numerosas proles de estas familias. “Del palmito a la remolacha y del chozo triste al hogar alegre: España progresa”.
