682

Remordimiento


General

Titulo original: The Broken Lullaby
Nacionalidad: Estados Unidos
Año de producción: 1932
Género: Drama

Otras personas

Director: Ernst Lubitsch
Escritor: Reginald Berkeley; Samson Raphaelson; Ernest Vajda; Maurice Rostand
Productor/Estudio: Paramount Pictures
Compositor: W. Franke Harling
Fotografia: Victor Milner

Funcionalidades

Duración: 77
Pistas de idioma: Inglés
Idiomas de los subtítulos: Castellano
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: BD
Soporte: x264
Tipo archivo: MKV
Calidad imagen: Excelente
Peso: 4,4 Gb

Reparto

  • Lionel Barrymore
  • Nancy Carroll
  • Philips Holmes
  • Louise Carter
  • Lucien Littlefield

Sinopsis

Tras la Primera Guerra Mundial, Paul Renard, un joven francés, vive obsesionado por el recuerdo de Walter Holderlin, un soldado alemán al que mató. Paul leyó y firmó la última carta de Walter y va a Alemania para confesárselo a la familia del soldado y rogar su perdón. Cuando la localiza, no puede confesar su pasado y finge haber sido amigo de Walter. Paul y Elsa, la prometida de Walter, se enamoran y la relación del joven con los Holderlin se estrecha...

Comentarios

Ambicioso drama antibélico, única película dramática sonora de Lubitsch, que consiguió un gran éxito de crítica y público en su día. Narra la bonita historia de un soldado francés de la I Guerra Mundial que se siente culpable cuando mata a un soldado alemán que, como él, era músico, habiendo ambos acudido al mismo conservatorio de música en Francia. Desolado, el soldado viaja a Alemania a conocer a la familia del hombre al que mató, en busca de su perdón.
---------------------------------------
Imagino que, en alguna fresca noche de comienzos del año 1930, en la sala de lectura de su casa en París, el escritor Maurice Rostand -quien entonces se hallaba cerca de cumplir 39 años de edad-, se dispuso a continuar la lectura de “Sin novedad en el frente”, un bestseller que había adquirido pocos días antes. Rostand es hijo de poetas (Edmond Rostand y Rosemonde Gérard) y a su ser lo circunda un sentir pacifista que lo hace creer con cada célula de su cuerpo, que toda guerra es un mal que repugna a la esencia humana.

Maurice se siente, en aquel momento, plenamente absorbido por la historia que el libro ofrece… y se compenetra con el sentir del soldado alemán, Paul, de tal manera, que casi consigue verse a sí mismo haciendo parte del cruento escenario que, con maestría, describe el escritor Erich Maria Remarque. Y la escena en la que Paul, en forma instintiva apuñala al soldado francés Gérald Duval, llegando a sensibilizarse profundamente en su agonía, a Rostand lo marca para siempre… y al irse a la cama, estas imágenes dan vueltas y vueltas en su cabeza, impidiéndole conciliar el sueño.

Es fácil creer que, los días que siguieron a la lectura del libro, tuvieron al escritor francés con la historia de Remarque dando vueltas en su cabeza… hasta que cae en cuenta de que, el libro (como el filme de Lewis Milestone que se estrenaría en Diciembre de ese mismo año, en París), deja abierta una puerta que da paso a una posible continuación de la historia, partiendo de dos hechos particulares: De un lado, la manera como los adultos (padres y profesores), henchidos de rancio patriotismo, envían a sus hijos a la guerra como carne de cañón para defender intereses oscuros de los que nunca se enteran. Y por otra parte, la promesa (no cumplida) del alemán Paul, de ayudar a la familia del soldado Duval, que podía proyectarse de manera muy interesante, invirtiendo incluso los papeles. Como reconocimiento a la influencia de Remarque, también Rostand llamaría Paul a su personaje central.

De esta imaginada manera, siento que pudo haber sido la génesis del libro “L’homme que j’ai tué” (El hombre que yo maté) que Maurice Rostand publicaría en ese mismo año 1930 y que, paradójicamente, en breve tiempo llamaría la atención de un director alemán, Ernst Lubitsch, quien –como Milestone- también lograría con esta historia, uno de los más valiosos y humanos filmes de su carrera.

Dos personajes de muy breve pero imborrable presencia -el francés Gérald Duval y el alemán Walter Holderlin-, sirven de perfecto contrapunto cinematográfico, para demostrar de manera acrisolada e incuestionable, que es mucho más cruento e interminable el sufrimiento de aquel que mata sin razonables motivaciones, que el que puede percibir aquel que muere a causa del infortunio. Y en la guerra se suman los muertos, pero nadie suma los corazones que quedan destrozados para siempre.

“REMORDIMIENTO” nos habla, con total acierto, del impetuoso deseo de redención que muchos hombres preservan en su alma, siendo que, del alcance de ella, depende absolutamente el reencuentro con la paz Nos habla también, de las extrañas pero magníficas formas que la vida nos ofrece para reconciliarnos. Y nos habla del necesario perdón, cuando comprendemos que muchas veces se hace daño sin intención de hacerlo.

Memorables diálogos en otro brillante guión de Samson Raphaelson y Ernest Vajda, e interpretaciones llenas de gracia y de inmenso fulgor, las que han logrado Lionel Barrymore, Nancy Carroll, Zasu Pitts y Phillips Holmes.

"REMORDIMIENTO", es uno de los filmes más sentidos que nos haya podido regalar Ernst Lubitsch.
Luis Guillermo Cardona