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Retorno a la razón


General

Titulo original: Le retour à la raison
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 1923
Género: Documental

Otras personas

Director: Man Ray
Escritor: Man Ray
Productor/Estudio:
Compositor:
Fotografia: Man Ray

Funcionalidades

Duración: 3
Pistas de idioma: Muda
Idiomas de los subtítulos:
Modo de color: Blanco y negro
Fuente ripeo: DVD
Soporte: DivX
Tipo archivo: AVI
Calidad imagen: Buena
Peso: 40 Mb

Reparto

  • Kiki of Montparnasse

Sinopsis

Film experimental, con formas y sombras moviéndose sobre un fondo negro; un cuerpo bañado en contrastes lumínicos; blancos y negros intensos. Uno de los primeros cortometrajes dadaístas.

Comentarios

Tristan Tzara atacó de nuevo, le seducía enormemente la idea de transportar los rayogramas al cine, pues estaba convencido que podrían ser una verdadera innovación artística con una fusión de formatos hasta ese momento inédita dentro del Dadá. Y es así como le prepara una pequeña trampa a Man Ray, anunciándole en la velada Dadá del día siguiente en un teatro de París, inventando para ello, como hizo otras veces, el título de una película inexistente: Le coeur à barbe (El corazón barbudo). Man Ray, con apenas unos minutos de película sin montar, no tuvo más remedio que aceptar el reto, para ello llevó a cabo las sugerencias de Tzara: improvisar rayogramas directamente en la película, tal y como solía hacerlos con el papel fotográfico, sin cámara y en el cuarto oscuro. Pura improvisación incluso para unir convenientemente los fragmentos. Al día siguiente logró sacar tres minutos de película que llevó al teatro poco antes de su presentación.

Entre gritos y empujones se presenta al público Le retour à la raison (Regreso a la razón), que parecía a primera vista una reunión de fragmentos sin demasiado sentido. Había utilizado animaciones y todo tipo de superposiciones intercaladas con escenas reales filmadas con cámara, casi todas con el pretexto del movimiento —la influencia de Duchamp podía palparse— para crear así un ritmo trepidante: tiovivos en la noche, piezas haciendo giros, espirales, objetos circulares. Se atreve incluso a animar con humo a la dancer, uno de sus montajes fotográficos más conocidos. Su proyección no pudo ser más accidentada, la película se rompió varias veces elevando la irritación de unos asistentes que ya venían contrariados por actos anteriores. El último corte se produce justo cuando presenciaban la escena de las proyecciones de sombras sobre el cuerpo desnudo de Kiki de Montparnasse —su musa y amante por esos años—. Sucedió lo inevitable: la sala degeneró en batalla campal y se desalojó el teatro, para continuar la riña en la calle. A pesar de todo, Man Ray quedó satisfecho porque el público no sabría con exactitud cuánto tiempo quedaba realmente por proyectar —desde el principio creyó una temeridad sólo mostrar esos tres minutos—.