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Fotografiada por Ubaldo Arata (quien años más tarde filmó "Roma città aperta"), al principio "Rotaie"se parece a un kammerspielfilm alemán particularmente sombrío, en el cual el tren representa el escape a una existencia más satisfactoria, como el tren en la zona rural de Bengala, un cuarto de siglo después, en "Pather Panchali". La trama empieza de noche, en una gran ciudad hostil donde llueve; Giorgio y María, reducidos a la penuria, piensan en suicidarse dentro de la habitación de un hotel barato que, además, no pueden pagar. Sin embargo, el tren interviene, primero frustrando su intento de suicidio y luego continúa en su papel de hada madrina bastante excéntrica, al presentarles una billetera abultada que cae del bolsillo de un pasajero con aspecto próspero en la estación.
Tras perseguir y no alcanzar al dueño de la billetera, Giorgio (Maurizio D'Ancora, la mejor actuación de la película), en lugar de llevarlo a objetos perdidos utiliza esta inesperada ganancia para llevar a María, en primera clase, a un lugar iluminado por el sol de los ricos, donde se transfiguran como la inocente pareja de "Sunrise". El primer ser que se encuentran antes de bajar del tren es, previsiblemente, un perro francés untuoso y bigotudo, que pronto se hace amigo de María. Después de haber gastado todo su dinero en la mesa de la ruleta, los dos regresan a casa en tercera clase.
Los abrumadores problemas, que antes parecían insuperables, ahora quedan olvidados, Giorgio encuentra enseguida trabajo en una fábrica y ambos abrazan alegremente un nuevo futuro optimista en la confiada nueva Italia de Mussolini. En este caso, el censor también fue muy optimista al aprobar este final postizo.