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En 1916, la actriz Fabienne Fabrèges, que también trabajó varias veces para Léonce Perret, escribió para sí misma el papel de una mujer malvada que induce a la la delincuencia a los hombres buenos que viven en su entorno, convirtiéndolos en traficantes de drogas, ladrones o asesinos. No es la mejor película del año ni la mejor actriz del mundo, pero hay otras buenas cualidades en el filme dignas de mención, como por ejemplo el papel de Bonaventura Ibáñez, un catalán que se hizo imprescindible en innumerables películas italianas de esa época, siempre personificando a hombres distinguidos de cierta edad, integrantes de la nobleza.
La copia de distribución holandesa está completa y fue duplicada en 1994 por Haghefilm, a partir de un internegativo con virados de color. "Signore giurati" es un magnífico ejemplo del alto estilo visual del cine italiano de la década de 1910: composiciones sofisticadas de los distintos ambientes, construcción elaborada de los entornos (entre otros, una sala de drogas con un burdel contiguo) y el uso apropiado de humectación y tonificación, que incluye una secuencia de fuegos artificiales con cinco cambios de color.
(Eddie Constanti)