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Premios
1957: Premios BAFTA: Nominada a mejor película
Tanto la película como la novela original están parcialmente inspiradas en acontecimientos reales: la ejecución durante la Primera Guerra Mundial, por insubordinación, de cuatro soldados de la Brigada 119 de infantería del Ejército francés. Las ejecuciones fueron declaradas improcedentes, y los soldados rehabilitados en 1934, tras la reclamación de sus familias, dos de las cuales recibieron una indemnización de un franco, mientras que las dos restantes no recibieron reparación alguna.1 El comandante de la brigada, general Géraud Réveilhac,2 dio evidentes muestras de desprecio por la vida de sus hombres.3 En febrero de 1915, después de tres intentos fallidos de tomar una posición enemiga, ordenó a la artillería bombardear las trincheras francesas para obligar a sus tropas a atacar -a lo que el comandante de las baterías se negó sin una orden por escrito-; más tarde, ordenó repetir un ataque aduciendo que ese día no se había alcanzado el porcentaje de bajas considerado como aceptable.
Durante la guerra, el Ejército francés, como los de la mayoría de los beligerantes, llevó efectivamente a cabo fusilamientos por cobardía. Sin embargo, el armazón central de la película es la práctica de ejecutar a soldados seleccionados aleatoriamente, como castigo a las faltas de toda su unidad. Dicha práctica retrotrae a la empleada en las legiones romanas, en las que diezmar consistía en dar muerte a uno de cada diez legionarios como medida disciplinaria. Aunque fue un hecho aislado, también se adoptó en el Ejército francés: la Décima Compañía del Batallón número 8 del Regimiento Mixto de Tiradores Argelinos fue diezmada, el 15 de diciembre de 1914 en Zillebeke (Bélgica), por haber desobedecido la orden de atacar.
La agitada trayectoria de la película
Con la ayuda de Jim Thompson, y la colaboración de Calder Willingham, Kubrick acabó en poco tiempo el guión para ver como era rechazado por varias productoras de Hollywood. Fue Kirk Douglas, el que al leerlo decidió poner toda su influencia para que la película fuera hacia adelante. Con su apoyo, la United Artist decidió financiarla con un corto presupuesto. La película se rodó en Alemania, ante las dificultades de ser rodada en Estados Unidos o, por supuesto, en Francia.
El hecho de que mostrara de forma descarnada la sucia realidad de la guerra, en la que a menudo la muerte de seres humanos sirve para satisfacer ambiciones personales y ascensos en la jerarquía de mando, la convirtió en una película extremadamente incómoda.
Estrenada sin problemas en EE.UU., el film empezó a tenerlos cuando fue estrenado en Europa. Su proyección, en 1958, en Bruselas, desencadenó importantes incidentes por las presiones de las autoridades franceses y de las asociaciones de ex combatientes franceses y belgas, que se negaban a aceptar la imagen que se proyectaba del ejército francés. Las presiones del consulado francés consiguieron que se suspendiese la proyección de la película, lo que a su vez encendió las protestas antimilitaristas.
Las presiones oficiosas francesas consiguieron que la United Artists llamara a la suspensión de la proyección para insertar una nota explicativa y el himno de La Marsellesa al inicio del film. Con esta añadidura, la película volvió a proyectarse en Bruselas.
Sin embargo, Suiza prohibió su proyección, y la United Artists simplemente no se atrevió a presentar el film en Francia hasta 1972. Finalmente fue estrenado en el país galo en 1975.
Esta historia de censuras y prohibiciones hizo que, aunque es considerado por la crítica como uno de los mejores films de Kubrick, no recibiera ningún Oscar de la Academia de Hollywood.
En España hubo que esperar hasta 1986 para que se proyectara como una retrospectiva de Kubrick esta película.