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LOUISE GLAUM
Louise Glaum (1888-1970) empezó su carrera teatral interpretando papeles de ingenua, pero cuando se asentó en la industria cinematográfica le llovieron las interpretaciones de mujer fatal y de vamp, muchas veces simples melodramas, pero con títulos escandalosos, como la película que os traemos ("Sex"). Presentó una denuncia al estudio de Thomas H. Ince por considerar que se le debía dinero, pero la perdió. Luego compró su propio club nocturno e impulsó el vodevil en muchas salas de fiesta de California. Su último papel en la pantalla fue junto a John Barrymore en "Fifty-fifty" (1925). Murió de una neumonía a los 82 años y por su contribución a la industria se le concedió una estrella en el paseo de la fama, en Hollywood.
(Eddie Constanti)
La película
Poco después de su estreno en Nueva Jersey, esta película se proyectó en Pensilvania, donde la Junta Estatal de Censores le cambió el título por el de "El sexo destruye la tierra", que es más comprensible para la época.
La horriblemente titulada "Sexo" es, en realidad, una historia llena de moralejas y pasada de moda. Específicamente predica: "Las normas de moralidad exigen eternamente que el alma desnuda del sexo sea despojado de sus falsedades, que sólo pueden expiarse con lágrimas amargas". Satanás incluso hace un cameo, riéndose de Glaum mientras ésta se divierte con Cummings (¡el diablo sabe lo que le espera a la pareja!). Sin embargo, tengamos en cuenta que la película ofrece esperanzas de redención, como se evidencia en su amplia cobertura de la historia del señor y la señora Overman.
Glaum está genial como la "amante de las fiestas" convertida en "esposa obediente"; es muy convincente, en un papel muy amplio. Estemos atentos a la escena en que Glaum descubre la identidad de la amante de su marido; es una escena silenciosa, realizada por expertos. El elenco de apoyo también es efectivo: Pearce (también conocido como Viola Barry) y Cummings (más tarde, un director exitoso), apoyan a Glaum con eficacia. Y Fred Niblo dirigió la película con un toque seguro. Sin embargo, a pesar de sus puntos fuertes, los estilos y situaciones que se nos ofrecen en pantalla hacen que el filme parezca más una reliquia muda que un clásico mudo.
