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"Short orders" es una película de Stan Laurel decente pero no especialmente distinguida. Se filmó cuatro años antes de su emparejamiento permanente con Oliver Hardy en 1927. Es un corto algo mejor que sus películas promedio porque dos escenas interesantes logran reforzar una película que de otro modo sería monótona. Stan interpreta a un camarero en un restaurante asqueroso y, francamente, Chaplin y otros hicieron mejor esas comedias. Sin embargo, en las dos escenas citadas la película brilla. La primera trata de un trozo de queso Limburger. La segunda es la escena final, con perros siguiendo a Stan. Por lo demas, nada especialmente interesante. La conclusión es que Stan sin Ollie solía ser algo curioso en el mejor de los casos. Ésta no es mucho mejor que sus trabajos anteriores y se puede ver, sobe todo si eres un bicho raro como yo, que adora todo lo silente. De lo contrario, simplemente hay mejores cortos de comedia a los que dirigirte, como prácticamente todos los de Buster Keaton.