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Procedente de una obra de Eugène Brieux, que ya tuvo su primer pase a la pantalla en una película de 1918, esta "Simone" nos llega de la mano de un realizador del silente francés muy poco prodigado entre nosotros, Donatien, quien, asimismo, interpreta el papel masculino principal de la cinta.
Película de las llamadas "con un terrible secreto" y que no esconde su procedencia teatral, tiene sus mejores bazas en la frescura de la trama reflejada por la pareja joven y su amor, que va creciendo desde la simple camaradería inicial hasta convertirse en un sentimiento mucho más profundo. En ese momento aparece el fantasma de ese gran secreto ya descrito, que amenaza con perturbar la felicidad de todos cuantos intervienen en la historia.
A fuer de ser sinceros, hemos de convenir en que los hechos luctuosos de comienzos del filme nunca quedan del todo claros: ¿hubo adulterio por parte de la esposa de Sergeac? Y si no lo hubo, ¿qué hacía reunida en secreto con Nauchard? Y, por otro lado, si existían sospechas de que Sergeac mató a su esposa por dicho adulterio, ¿por qué se le permitió marchar del país con su hija, para establecerse en Italia? Aspectos que tal vez vosotros veáis con mayor certeza, distanciados como estaréis de la labor de subtitulado que nos movió al visionarla.
Lucienne Legrand, la joven Gabrielle de la historia, se alza desde el primer momento como gran protagonista del drama. Y para el final, a Donatien, el director, le queda el gran recurso de una carta, escrita veinte años atrás, que pretende resolver los misterios que rodean a esta familia desestructurada por motivos tan trágicos.