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En su lanzamiento inicial en 1920, Stolen Moments fue un largometraje de seis rollos, vehículo para la cantante de ópera Marguerite Namara. En noviembre de 1922, los seis rollos fueron reducidos a tres para realzar el personaje de Valentino, ya convertido en estrella después del éxito cosechado el año anterior por The Four Horsemen of the Apocalyse. Esta versión reducida es la única que se conserva hoy en día.
Película que tiene el interés marginal de ser la última en que Valentino actuaba como intérprete secundario (le reclamaban para incorporarse al reparto de "Los cuatro jinetes del Apocalipsis"). Además, del metraje del filme apenas han sobrevivido treinta y siete minutos, que se remontaron posteriormente, cuando al actor se encumbró a la fama.
Se trata de una película bastante anticuada para 1920: cámara fija, en su mayoría de una y dos tomas, y un escenario con frecuencia diseñado para proporcionar una composición específica, una técnica que Hollywood ya había abandonado en su momento, pues prefería dejar que los objetos y la gente proporcionasen sus propias composiciones. La historia también está pasada de moda y es evidente que se utilizó para mostrar a la protagonista, Marguerite Namara, una celebridad del mundo del espectáculo en esa ocasión. Realmente, el único talento de la película cuyo nombre ha soportado el paso del tiempo es Valentino, aquí como un seductor bribón.
Aunque su próxima película lo convertiría en una estrella, Valentino sabía cómo controlar sus movimientos y cómo indicar su carácter e incluso su nacionalidad, por la forma de moverse. Aquí es claramente suramericano, pero en "Delicious little devil", del año anterior, nadie podría haber actuado de una forma más estadounidense.
