Comentarios
Drama ferroviario con una mujer como fondo de disputa. Perret, que ya nos ha demostrado que se siente a gusto con cualquier tipo de tema, aquí se mueve como pez en el agua. Incluso se permite introducir una doble exposición. Los escenarios están filmados, casi todos, en exteriores, y el tren vuelve a tener un protagonismo esencial en la historia. Por cierto, después de verla una docena de veces, me permito asegurar que la escena en que el tren pasa por encima de Pierre no tiene truco. Sabíamos que esos pioneros del cine eran unos esforzados, pero que llegaran hasta tan lejos en su "locura"... Y como fondo, esa evocadora música francesa de acordeón, que tantas ensoñaciones provoca.
A Valentine Petit y a Émile Keppens ya los conocemos de otros títulos de Perret y a Eugène Breon lo podemos encontrar en "Bebé apache" y otros cortos de Feuillade.